El hospital de fauna salvaje de Villafranca de los Barros atiende casi 1.500 animales en 2021
El hospital de fauna salvaje de la Asociación Mundo Salvaje (AMUS) de Villafranca de los Barros (Badajoz) terminará este año 2021 como el de mayor número de ingresos desde su fundación con casi 1.500 animales recogidos y atendidos, procedentes de 119 municipios diferentes de la provincia de Badajoz.
Dentro de las especies de alto valor como águilas imperiales, perdiceras, linces o milanos reales, han registrado 150 a lo largo del año, según informa la asociación en nota de prensa.
Muchos de ellos han ingresado gracias al desarrollo del grupo "Amenazas fauna", que realizan en alianza con la Dirección General de Sostenibilidad de la Junta de Extremadura y el Seprona de la Guardia Civil.
Un grupo que tiene como objetivo intentar reducir los daños a animales protegidos, combatiendo los principales peligros que tienen como son los venenos, disparos, electrocuciones en líneas eléctricas o los enganches en alambradas.
De igual manera, el hospital ha recibido más de 50 animales decomisados o hallados en el medio natural, después de adherirse a la estrategia contra especies invasoras de la Junta de Extremadura.
Además, se realizan otros proyectos internacionales como la reintroducción de buitres negros en Bulgaria y buitres leonados en la isla griega de Creta, en los que participan desde hace ya años a través de la Foundation Conservation Vulture (VCF).
También llevan a cabo un programa para adiestrar perros que ayudan a cuantificar el número de aves afectadas por tendidos eléctricos y un Life Eurokite en el que AMUS es una de las entidades socias en el primer proyecto de reintroducción de milanos reales en España.
Dentro de los proyectos internacionales en los que trabaja AMUS destaca además el banco criogénico de huesos en aves salvajes, gracias al cual por primera vez se valida un procedimiento que hace posible injertar huesos de aves donantes fallecidas en otras con traumatismos o necrosis óseas.
Entre tanto, siguen con los proyectos con aguiluchos cenizos, los puntos de alimentación para aves necrófagas, la custodia del territorio ya en miles de hectáreas consorciadas con ayuntamientos, la monitorización y seguimiento de fauna con emisores GPS, la formación a futuros profesionales y a personal en especialización. EFE