El presidente de la Asociación Ecologistas en Acción Granadilla, Carlos Pino, ha solicitado a la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible un aumento de las subvenciones para las explotaciones de olivar en bancales dentro de la Política Agraria Comunitaria (PAC).

Pino argumenta que el control de las hierbas en las sierras de las comarcas de Granadilla, Las Hurdes y Sierra de Gata, donde existen dos tipos de explotaciones: el olivar en el llano (mecanizado) y en bancales (desbrozadora manual), requiere un mayor esfuerzo físico y económico.

El olivar en el norte de Cáceres, según Pino, forma parte de la flora y fauna autóctona. El sustrato herbáceo alimenta la biodiversidad que ha convivido con las generaciones anteriores. Cultivar olivos no solo produce dinero, sino que también mantiene la vida de los recursos naturales.

Las hierbas del olivar alimentan a insectos como las abejas, mariposas, culebras, lagartijas y lagartos ocelados. Las especies cinegéticas como la perdiz, la tórtola, la paloma torcaz, el conejo, la liebre y el corzo, presas del lince ibérico, se benefician del sustrato herbáceo que el campesino deja en el olivar como acolchado.

Además de producir vida (cernίcalos, mochuelos, milanos, águilas calzada y ratonera, culebrera, perdicera y búho real), el olivar también repercute en la economía al permitir un mejor acolchado del sustrato herbáceo, que impide la evaporación del agua y la erosión de la tierra fértil.