San Gil, el último pueblo de colonización en la Vega del Alagón
Los primeros colonos llegaron a San Gil en 1970 tras el proyecto de urbanización llevado a cabo por Francisco Moreno López en 1965.
El municipio de San Gil cumplió su 50 aniversario el pasado año 2021 como pueblo de colonización y 25 años como entidad local menor (14 de noviembre de 1997). Los primeros colonos llegaron a San Gil en 1970 tras el proyecto de urbanización llevado a cabo por Francisco Moreno López en 1965. San Gil creció como pedanía de Plasencia, siendo el último de los pueblos de colonización que se crean por el Instituto Nacional de Colonización.
Se construye en el término municipal de Plasencia, junto a la histórica Vía de la Plata, a un kilómetro de Galisteo, donde se localizan parte de las parcelas de los colonos. Los autores de la obra (José Antonio Ramos Rubio, cronista oficial de Trujillo, y el jurista José Luis Pérez Mena) pretenden sumarse al aniversario con un recopilatorio de imágenes, escritos y referencias de la creación del pueblo, que hoy cuenta con 320 habitantes, que dobla la población desde que llegaron los primeros colonos, a la vez que rendir homenaje a todas las personas que sembraron sus raíces.
De otro lado, hay que subrayar que más de 40 vecinos del pueblo tienen discapacidad intelectual, de ahí que constituya una población inclusiva tanto para discapacidad física, sensorial o intelectual, señalan los autores en la Introducción. Como dice la alcaldesa, Esther Sánchez Tapia, en el prólogo, “uno de los objetivos más loables del libro es el legado de nuestro municipio y el fomento y la divulgación del mismo”.
Los pueblos de colonización como San Gil se crearon para asentar mano de obra agrícola, sector que sigue siendo hoy predominante, con unas tasas elevadas de modernización y una lucha constante para adaptarse a las demandas del mercado. De 1939 a 1975, Extremadura, Aragón y Andalucía conocen las grandes transformaciones de las zonas de secano en cultivos de regadíos y se planifican los asentamientos llamados pueblos de colonización en Salamanca, Talavera de la Reina, Talayuela y Jerez de la Frontera.
Tras la contienda civil española comienza una política masiva de construcción de grandes presas que culminó en la década de los 60: Orellana, García de Sola, Zújar o Cíjara. A partir de 1980 surge otro empuje de construcciones de embalses (La Serena, Alange, Ruecas.., destacando que los espacios de regadío de las Vegas del Guadiana (Plan Badajoz) se han consolidado.
Toda la región extremeña se ha beneficiado de la construcción masiva de embalses, convirtiendo a España en uno de los países más representativos desde el punto de vista hidráulico. En la actualidad, las grandes zonas de regadíos de Extremadura están distribuidas en seis espacios: la zona del embalse de Gabriel y Galán, Borbollón y contraembalse de Valdeobispo; el Valle de Plasencia y el Jerte; La Vera; el Campo Arañuelo, tanto por Rosarito como por Valdecañas, situadas en la provincia de Cáceres; mientras que las de Badajoz son: las Vegas del Guadiana (Orellana, Zújar. Montijo y Lobón).
La zona de San Gil se incluyó en el Plan General de Colonización de la zona de Cáceres y afectó a tres importantes áreas de regadío: Rosarito, Borbollón y Gabriel y Galán. El Plan General de Colonización de la Zona Regable de Gabriel y Galán fue aprobado en 1955 y recibió su preceptiva declaración de alto interés nacional por Decreto de 5 de febrero de 1954.
El Plan incluyó un total de 66.940 hectáreas y dio lugar a la creación de 19 pueblos. El Valle del Alagón fue dividido, a efectos de planificación y administración, en dos subzonas: la regable del Borbollón sobre el río Árrago y la del embalse de Gabriel y Galán dentro del sistema del río Alagón.
En el norte de Cáceres, el Plan de Colonización comienza a construir el pantano de Gabriel y Galán en 1952, obras que finalizarían en 1961. El embalse recoge las aguas del río Alagón con una capacidad de 924 hectómetros cúbicos, surgiendo así los pueblos de colonización del valle del Alagón, entre los que se encuentra San Gil, situado al suroeste de la sierra de Berenguel, próximo al lugar donde confluyen las aguas de los ríos Alagón y Jerte, a 20 kilómetros de Plasencia, municipio del que depende, al que se accede por la autovía autonómica EX-A1.
San Gil está situado al este de la vega del Alagón, en la margen izquierda del río Jerte, en la zona regable de Gabriel y Galán, perteneciente a la cuenca hidrográfica del río Tajo. Las obras de construcción de esta pedanía comenzaron en 1965. El núcleo urbano quedó delimitado por el este y por el sur, por una acequia y un canal de riego y, por el oeste, por un canal de cultivo, hacia los que desciende ligeramente.
La iglesia es el edificio más destacable desde sus orígenes como fondo de perspectiva del eje del poblado y en el sitio donde el terreno está más elevado, ya que es el punto en el que convergen todas las miradas desde las perspectivas exteriores del pueblo. En la segunda fase, el proyecto del nuevo pueblo de San Gil corrió a cargo de Joaquín Pastor Pujo en 1995.
En marzo de 1971 se asentaron los primeros colonos, 173 personas, 39 familias a las que se otorgaron casas y tierras. La primera fase del pueblo se realizó con el siguiente programa: 35 viviendas de colonos y 4 de obreros, procedentes de La Vera, Valdeíñigos, Montehermoso y otros lugares. Después se construyó la iglesia; escuelas y viviendas del maestro; una artesanía y vivienda de artesano (bar y tienda); centro cooperativo de la Hermandad Sindical y vivienda del encargado.
La segunda fase comprendió la construcción de siete viviendas de colonos, La vivienda del colono constituyó una de las aportaciones más consolidadas de la arquitectura rural. El tamaño del solar y las dependencias agrícolas y su agrupación, la concepción de la vivienda formando manzanas perfectamente delimitadas y tratadas, fueron los aspectos más relevantes y ejemplares que tuvo en cuenta el arquitecto Francisco Moreno López en 1965. La vivienda y la parcela costaban 1.500.000 pesetas. La forma de pago consistía en pagar la parcela entre 15 y 20 años de plazo y para la vivienda sería de 40 años.
La mayoría de los colonos abonaron las cantidades establecidas antes del plazo dado. Posteriormente se firmaban las escrituras y se convertían en propietarios de la vivienda y la parcela y tuvieron un tiempo de cinco años de adaptación a dicha adjudicación, en el que los colonos debían cumplir una serie de requisitos marcados en un plan de explotación que elaboraba el Ministerio de Agricultura.
En principio no se construyó el ayuntamiento, dependiendo del consistorio placentino. En la actualidad ha logrado tener entidad jurídica propia, ayuntamiento y aprobar sus presupuestos municipales. En 1997 se construye el centro civil y administrativo. Una placa reza: “Este ayuntamiento ha sido inaugurado por la Ilma. Presidenta de la Excma. Diputación Provincial de Cáceres Dª Pilar Merchán Vega, siendo alcalde don Blas Raimundo González. San Gil, 14 de noviembre de 1977.”
En la actualidad, San Gil no tiene barreras arquitectónicas y cuenta con consultorio, botiquín, un ayuntamiento con administración electrónica, bar, tienda, colegio, pistas deportivas, parques, jardines, paseos y un pabellón multiusos o centro cultural. La población cuenta con fibra óptica y buenas conexiones por carretera con Plasencia y Coria y se ha convertido en un referente nacional en el campo de la accesibilidad por dos motivos: uno, por ser junto a Plasencia sede de Placeat Plena Inclusión y otro, por sus avances en paneles informativos con lenguaje accesible.
El libro se cierra con el cuento titulado “El enigma de la trompeta verde”, de Florentino Escribano Ruiz.