El Pleno del Ayuntamiento de Mérida, reunido en sesión ordinaria el 16 de mayo de 1974, bajo la presidencia de su titular, Manuel Sanabria Escudero, aceptaba por unanimidad la propuesta del concejal señor Gijón de “hacer constar en acta el reconocimiento de la Corporación hacía don Francisco López de Ayala y García de Blanes, que durante dieciséis años y medio desempeñó el cargo de alcalde-presidente de este ayuntamiento”….. [1]

Francisco López de Ayala y García de Blanes (Mérida, 20/09/1920; 26/02/1995), empresario agrícola de profesión, fue alcalde de Mérida entre el 21 de octubre de 1957 y el 31 de abril de 1974. Fue hijo de Francisco López de Ayala y de la Vera (Mérida, 1893-1936), que desempeñó la alcaldía de la ciudad entre el 18 de mayo de 1924 y el 26 de febrero de 1930, durante la dictadura de Primo de Rivera, fecha en que cesó a petición propia, y que murió asesinado el 8 de agosto de 1936, a los 43 años de edad, al comienzo de la Guerra Civil, tres días antes de la toma de la ciudad por las tropas nacionales. [2] 

Terrateniente, fue caballero de las Órdenes de Alcántara y de Malta. Pertenecía a una de las familias más antiguas de Mérida. Era patrón del Convento de las Concepcionistas Franciscanas, fundado en el siglo XVI por su familia. [3]

Durante su mandato, Mérida comenzó de nuevo su engrandecimiento. Llevó a cabo infinidad de obras, entre otras las viviendas de las Sindicales, la construcción de los albergues de la Barriada de La Paz, la Casa Municipal de Cultura; el Estadio Municipal, al que se le puso su nombre. Fue el primero en solicitar el retorno del Arzobispado a la ciudad y el Museo Nacional de Arte Romano, junto a José Álvarez Sáez de Buruaga.

Durante su dilatada vida recibió diversas condecoraciones, entre ellas la Encomienda de Alfonso X el Sabio.

En los últimos años de su vida, ya retirado de la vida política, se dedicó al ejercicio de empresario agrícola y seguía demostrando, sin darse cuenta su amor por su pueblo…[4]

Entre 1961 y 1964 fue diputado provincial por el grupo de Entidades y Corporaciones Económicas, Culturales y Profesionales, siendo delegado provincial del Manicomio Provincial de Mérida, vocal de la Comisión de Beneficencia y de la Comisión de Educación, Deportes y Turismo y representante en la Junta de Formación Profesional e Industrial de Mérida. Renovó mandato de 1964 a 1967, durante el que desempeñó el cargo de presidente de la Comisión de Personal. [5]

En 1967 fue candidato por la provincia de Badajoz a las elecciones de procuradores en Cortes por el tercio familiar. El 12 de septiembre de 1970 actuó como padrino en la basílica del Pilar de Zaragoza en la ordenación episcopal de monseñor Sotero Sanz Villaba, nombrado por el papa arzobispo titular de Emerita Augusta y nuncio en Chile, en su calidad de alcalde de Mérida. [6]

Falleció en su ciudad natal el 26 de febrero de 1995, a los 74 años de edad, dejando viuda (Josefina Aretio Sáez, fallecida el 07/04/2022, a los 97 años), y cuatro hijos: Francisco, José María (fallecidos en esa fecha) y Gonzalo y Margarita.

Juan Cortés Cortés, le dedicaba una necrológica,[7] en la que tras señalar que pertenecía “a una familia de honda raigambre monárquica: su abuelo materno, Gonzalo García de Blanes, caballero de la Orden de Calatrava y mayordomo de Su Majestad el Rey Don Alfonso XIII; su progenitor, Francisco López de Ayala y de la Vera, regidor de Mérida en los convulsos años treinta (por los veinte) y que, con otros componentes del consistorio emeritense, fue inmolado en el fragor de la contienda fratricida, cuando él abogó siempre por la concordia y, por lo cual, su sacrificio, no resultó estéril, dejando la huella indeleble de su grandeza espiritual y una gestión municipal y de servicio de entrega a Mérida”, indicaba que, cuando accedió a la Alcaldía habían transcurrido dos décadas del sacrificio de su querido padre, “y en su ancho y generoso corazón no anidó el rencor y la venganza; al contrario, tendió la mano de la reconciliación y supo granjearse la estima de las más diversas capas sociales, culminando con el postrer y multitudinario adiós que le tributaron no solo sus conciudadanos, sino también la Corporación presidida por Antonio Vélez”.

            Cortés aludía a las realizaciones de su mandato: un desempleo del 2 por ciento; la erradicación del chabolismo mediante la construcción de la UVA de La Paz, la puesta en marcha del polígono industrial de Nueva Ciudad, el hospital del Insalud, el impulso de los Festivales de Teatro, el escaléxtric de la circunvalación y el puente nuevo, la Sociedad de Tiro de Pichón y Deportes Proserpina, nueva salas de cine, Oficina de Turismo y biblioteca municipal, la fábrica de cervezas “El Águila”, CARCESA, CEPANSA, Corchera Extremeña, Carbónica Extremeña, Cerveza Cruz Campo y un largo etcétera.

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