El glaucoma puede causar ceguera irreversible si no se trata a tiempo

Revisión oftalmológica. (C. MADRID)
El glaucoma puede causar ceguera irreversible si no se trata a tiempo

La Sociedad Española de Oftalmología ha asegurado que más de 1,5 millones de personas en España padecerán glaucoma en 2030.
 

El glaucoma es una enfermedad silenciosa que, sin un diagnóstico precoz, puede llevar a la pérdida total de la visión. 

Al avanzar sin síntomas evidentes, muchas personas solo buscan ayuda médica cuando ya han sufrido un daño visual irreversible. Las previsiones indican que su impacto seguirá aumentando en los próximos cinco años.

En España, actualmente afecta a un millón de personas, lo que equivale al 3% de la población. Sin embargo, se espera que para 2030 esta cifra super el millón y medio, según datos de la Sociedad Española de Oftalmología. Su carácter asintomático en las primeras fases hace que la mitad de los pacientes desconozca su diagnóstico, lo que retrasa el inicio del tratamiento y eleva el riesgo de ceguera.

A pesar de estas cifras, la pérdida de visión puede prevenirse si se detecta a tiempo. Los principales factores de riesgo incluyen antecedentes familiares, miopía o hipermetropía alta, edad avanzada, diabetes, hipertensión arterial o tensión arterial demasiado baja, apnea del sueño y trastornos circulatorios, entre otros. Por ello, los especialistas recomiendan revisiones oftalmológicas periódicas a partir de los 40 años, con el objetivo de diagnosticarlo en sus primeras fases y frenar su progresión.

"El problema del glaucoma no es solo su alta prevalencia, sino el desconocimiento de los pacientes. La mitad de las personas afectadas no sabe que tiene la enfermedad hasta que han perdido parte de su visión de forma irreversible. La detección precoz es la mejor herramienta para preservar la calidad de vida y evitar complicaciones graves", explica la Dra. Sara Hernández, oftalmóloga y experta en glaucoma del Hospital Sanitas CIMA.

Por otra parte, los expertos aconsejan que las personas con antecedentes familiares, miopía alta o presión intraocular elevada se sometan a controles oftalmológicos antes de los 40 años. Además, el uso prolongado de corticoides, incluso en colirios, puede aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad, por lo que es fundamental que un especialista supervise su administración.

El diagnóstico temprano requiere pruebas especializadas como la tomografía de coherencia óptica, el campo visual y la paquimetría, que permiten evaluar el estado del nervio óptico y la presión intraocular. Afortunadamente, los avances en el tratamiento han abierto nuevas opciones para los pacientes. Técnicas como el láser SLT y las cirugías mínimamente invasivas han demostrado ser eficaces para reducir la dependencia de los colirios y mejorar la adherencia al tratamiento.

"El avance en las opciones terapéuticas es una gran noticia para los pacientes, ya que permite un control más eficaz de la enfermedad con menos efectos secundarios y complicaciones. Sin embargo, el éxito del tratamiento sigue dependiendo de una detección precoz", añade la Dra. Hernández.

Existen distintos tipos de glaucoma, siendo el más común el de ángulo abierto, que evoluciona lentamente y sin síntomas hasta que la visión está seriamente comprometida. Por otro lado, el glaucoma de ángulo cerrado puede desarrollarse de forma repentina y provocar un aumento brusco de la presión intraocular, causando dolor intenso, visión borrosa y enrojecimiento ocular.

Para reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad, es asimismo recomendable adoptar hábitos saludables que contribuyan a la salud ocular, como seguir una alimentación equilibrada rica en antioxidantes y ácidos grasos omega-3, realizar ejercicio físico regularmente para favorecer la circulación sanguínea ocular y evitar el consumo de tabaco, que puede afectar negativamente al nervio óptico.

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