Detenidas siete personas pertenecientes a un grupo que cultivaba estupefacientes en Villanueva de la Serena
El juzgado encargado de la operación policial llevada a cabo en Villanueva de la Serena, en la que fueron detenidos siete miembros de una misma familia por tráfico de drogas ha decretado el ingreso en prisión de dos de ellos, según ha informado este miércoles la Policía Nacional.
En la "Operación Leo" fueron intervenidas un total de 929 plantas de marihuana, 46,31 kilogramos de cogollos y picadura de la misma sustancia, 210 gramos de polen de marihuana, 357 gramos de hachís y 298 gramos de cocaína de gran pureza.
Los detenidos ya han pasado a disposición judicial y se ha decretado el ingreso en prisión de dos de los siete detenidos, mientras que otros dos han quedado en libertad bajo fianza, y el resto ha quedado en libertad.
Además de la droga intervenida, los agentes incautaron 11.300 euros en metálico, dos armas de fuego con munición y armas blancas y numerosos útiles para el cultivo y preparación de las distintas sustancias para su venta.
La operación policial se desarrolló el pasado lunes y se saldó con la detención de cuatro hombres y tres mujeres, todos miembros de una misma familia y cuya edad comprendía entre los 25 y los 65 años.
Se les acusa a este grupo delictivo de un presunto delito contra la salud pública, además de defraudación de fluido eléctrico, pertenencia a grupo criminal organizado y por tenencia ilícita de armas.
Según ha indicado la Policía Nacional, la operación comenzó a inicios del pasado mes de marzo, cuando se tuvo conocimiento de la existencia de un grupo familiar que estaría dedicado al cultivo de sustancias estupefacientes en la localidad.
Tras obtener esta información, los agentes establecieron distintos dispositivos de vigilancias y seguimientos sobre el clan familiar, con la intención de identificar a todos sus miembros y localizar las posibles viviendas donde llevaban a cabo su entramado delictivo.
Los agentes se percataron del alto nivel de vida de los investigados, así como, de las fuertes medidas de seguridad que adoptaban, tanto en sus desplazamientos, como en las viviendas utilizadas para el cultivo y la venta de las distintas sustancias.
El clan había instalado cámaras de vídeo en los exteriores para observar y evitar las posibles acciones policiales.
Una vez realizadas todas las pesquisas, se procedió al registro de seis inmuebles en distintas calles de Villanueva de la Serena (dos pisos, tres casas y una casa de campo).