VIDEO: La Guardia Civil investiga al exciclista Vicente Belda tras caer una red dedicada al tráfico de medicamentos
La Guardia Civil, mediante la que se ha denominado operación ILEX, ha conseguido identificar a todos los componentes de un supuesto grupo criminal afincado en la provincia de Cáceres que se dedicaba, no sólo a la distribución ilícita de sustancias medicamentosas dentro y fuera de nuestro país careciendo de autorización para ello, sino también a la fabricación de las mismas y a la distribución de sustancias prohibidas en el deporte, siendo los destinatarios de ambas deportistas de primer nivel.
Según han informado fuentes encargadas de investigar el caso, una de las personas investigadas es el exciclista y exdirector deportivo Vicente Belda, además de su hijo. Están supuestamente vinculados con una trama de dopaje en el deporte. Como informó LA MAÑANA de Radio Interior, en esta operación ya fue detenido en mayo de 2022 el doctor extremeño Marcos Maynar, acusado de tráfico de medicamentos no autorizados en nuestro país. Parece ser que el médico extremeño pudiera ser el cabecilla del grupo .
Otras seis personas están investigadas, entre ellas Vicente Belda, un histórico ciclista y director de este deporte al que ya le salpicó la 'Operación Puerto', también por dopaje. Un hijo suyo, Vicente Belda García, masajista en el equipo Astana, también figura entre los investigados en las diligencias que dirige el Juzgado de Instrucción 4 de Cáceres.
El inicio de esta operación se remonta a principios de 2021, cuando agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, tuvieron conocimiento de la posible distribución ilícita de medicamentos por parte de un médico titulado.
Una vez identificados los supuestos miembros de citado grupo, y tras más de un año de seguimiento a las actividades de los mismos relacionadas con la investigación, también se consiguió identificar en Portugal, Guipúzcoa y Castellón a otras tres personas relacionadas con la misma trama, los cuales hacían de intermediarios entre los fabricantes y distribuidores iniciales de estas sustancias y los consumidores finales de las mismas.
Los deportistas eran captados por varias personas íntimamente relacionadas con el mundo del deporte profesional, ofreciéndoles los servicios de un conocido médico deportivo. Estos servicios consistían en la preparación de los entrenamientos, complementación nutricional, incluyéndose en los mismos el consumo de medicamentos y sustancias prohibidas en el deporte.
A lo largo de la investigación se ha podido corroborar como estos deportistas, una vez puestos en contacto con el citado médico y su ayudante, Doctor en Fisiología del Ejercicio, eran sometidos a un estudio previo mediante analíticas y pruebas de esfuerzo. Estas pruebas eran realizadas en las instalaciones de la Facultad de Ciencias del Deporte de Extremadura, al igual que la fabricación, recepción y almacenamiento de ciertos medicamentos, donde uno de los principales investigados desempeñaba sus labores docentes.
Posteriormente, se les preparaba un plan de entrenamiento a los deportistas, en el que se incluía el consumo de medicamentos no autorizados en España, así como de otros incluidos en la lista de sustancias prohibidas de la Agencia Mundial Antidopaje, contando estos planes con un detallado calendario de consumo de estas sustancias, previo a la participación en distintas competiciones oficiales.
Por estas actividades los investigados cobraban a los deportistas, que dependiendo del nivel y de la posibilidad de obtención de premios, podrían llegar a pagar hasta 3.000 euros por deportista y temporada. Entre los consumidores finales se ha identificado a un menor de edad.
Los medicamentos y sustancias prohibidas llegaban a los deportistas por canales seguros, interponiendo a terceras personas para ocultar la relación médico-deportista y, en algunos casos, se entregaban directamente en mano cuando se trataba de deportistas de primer nivel.
Las comunicaciones entre médico y deportista se llevaban a cabo por medio de aplicaciones de mensajería seguras y, en algún caso, se ha detectado como los investigados hacían uso de aplicaciones que dificultan la lectura de los mensajes como medida de seguridad extra.
La operación se ha saldado con la detención de dos personas por la comisión de supuestos delitos de tráfico de medicamentos y dopaje en el deporte, pertenencia a grupo criminal y blanqueo de capitales, así como con seis personas investigadas, todo ello en los dos registros que se han practicado, uno en localidad de Plasencia y otro en la Facultad de Ciencias del Deporte de la UNEX.
En estos registros se han intervenido distintos medicamentos no autorizados en España, como Actovegin®, Ácido Dicloroacético (DCA) y Teofilina, así como sustancias prohibidas en el deporte como la hormona menotropina, además de otros facilitados a los deportistas como cafeína en presentación inyectable o supositorio y gran cantidad de cápsulas vacías preparadas para su relleno con alguno de estos medicamentos para su posterior distribución.
La operación continúa abierta, estando actualmente en fase de estudio la información contenida en diversos dispositivos electrónicos intervenidos, como ordenadores, discos duros y otros soportes de memoria y teléfonos móviles, no descartándose nuevas detenciones o investigaciones.
Esta operación ha sido llevada a cabo por la Sección de Salud Pública y Dopaje de la Unidad Central Operativa (UCO), en estrecha colaboración con la Agencia Estatal Comisión Española para la Lucha Antidopaje en el Deporte (CELAD), Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), International Testing Agency (ITA) y la Universidad Católica de Murcia (UCAM), que han prestado tanto apoyo técnico, para la realización de análisis, como aportando información y asesoramiento de vital importancia durante el desarrollo de la investigación y la práctica de los registros.