Más de 1.000 apicultores se echan a la calle para pedir ayudas urgentes a la Junta y al Ministerio
Más de mil apicultores extremeños, convocados por las organizaciones agrarias UPA-UCE Extremadura, Asaja Extremadura y Apag Extremadura Asaja, han salido este martes a la calle en Mérida para reclamar ayudas y más apoyos de las administraciones ante la “tormenta perfecta” que vive el conjunto del sector apícola de la región.
Las distintas organizaciones agrarias han coincidido en que 2022 ha sido un año catastrófico para el campo extremeño y denuncian la “invisibilidad” que muchos agricultores y ganaderos han tenido para las administraciones ya que no han contado con ningún tipo de ayuda o apoyo.
Todas las organizaciones agrarias convocantes han manifestado que si en febrero no tienen “respuestas claras” encima de la mesa están dispuestas a convocar una manifestación en marzo a Madrid.
Asimismo, las organizaciones convocantes se han unido para denunciar que el sector apícola el que ve amenazada su continuidad, ya que miles de familias que viven de la apicultura han visto destrozada la rentabilidad de sus explotaciones en medio de la “tormenta perfecta” que vive el campo.
“O la Junta afronta ya esta situación, o los graves problemas que sufren los apicultores de nuestra región les llevaran a la ruina y al abandono de una actividad que favorece el medio ambiente y la biodiversidad. No entendemos que se quiera declarar Patrimonio Mundial a la apicultura por todos los beneficios que aporta pero, sin embargo, se dejan abandonados a los apicultores a su suerte”, ha manifestado hoy el secretario general de UPA-UCE, Ignacio Huertas.
Desde esta organización agraria señalan que este sector está sufriendo una sangría económica por varios motivos: la sequía y las altas temperaturas han reducido la producción de miel a menos de la mitad de una campaña normal; los apicultores han tenido que comprar mucho más alimento que otros años a precios disparados; una alta mortandad de colmenas por la varroa o el abejaruco; precios ruinosos y un mercado bloqueado por las importaciones de una miel de “dudosa calidad” procedente de China o Uruguay y que por una mala normativa se vende como producción española confundiendo así al consumidor.
“Nos vemos obligados a salir a la calle para salvar a estas miles de explotaciones y terminar con esta injusticia y discriminación que sufren los apicultores”, ha destacado Huertas.
GRAN RESPUESTA CIUDADANA
Por su parte, Apag Extremadura Asaja y Asaja Cáceres están muy satisfechas por la gran respuesta de los agricultores y ganaderos hoy en la manifestación para denunciar la difícil situación del campo.
El acto reivindicativo, que ha transcurrido con normalidad, arrancó en la estación de autobuses de Mérida y tras recorrer el puente Lusitania culminó con las intervenciones de los presidentes de las organizaciones agrarias convocantes. Juan Metidieri, presidente de Apag Extremadura Asaja, Ignacio Huertas de UPA – UCE y Ángel García Blanco, de Apag Asaja Cáceres.
Apicultores de distintas zonas de Extremadura se han dado cita en Mérida para poner de manifiesto la situación de la apicultura en Extremadura que está viviendo una situación catastrófica porque la sequía del último año ha provocado una reducción muy importante de la producción de miel y de polen.
Esta bajada de producción ha obligado a los apicultores extremeños a aportar alimentación suplementaria a sus colmenas, todo ello con unos costes de producción disparados. Además, este pasado año se ha registrado una alta mortandad debido a enfermedades como la varroa, el síndrome del despoblamiento o el abejaruco.
Desde las principales organizaciones agrarias lamentan que, a pesar de esta situación, el mercado está “totalmente paralizado” y las envasadoras y la distribución han sustituido la miel española por mieles de otros países como China, Uruguay o Turquía, que tienen peor calidad pero viene a precios muy inferiores.
En cuanto a las ayudas que la Junta de Extremadura ha concedido por la sequía y por la guerra en Ucrania, el presidente de Apag Asaja Cáceres, Ángel García Blanco, ha destacado la necesidad de que se establezcan ayudas a producciones excluidas como la apicultura cuya situación difícil repercutirá en un incremento de la despoblación en zonas como Las Hurdes.
Desde Apag Extremadura Asaja recuerdan que también se han quedado fuera de las ayudas sectores como el porcino ibérico, el olivar, la viña, los cereales, los frutales, etc. El presidente de Apag Extremadura Asaja, Juan Metidieri, reivindica que se oficialicen los costes de producción, que se habilite la quema controlada de rastrojos para evitar las plagas y malas hierbas, que se habiliten préstamos al 0% con dos años de carencia para paliar la subida de los insumos, entre otras cuestiones.
Entre otras cuestiones, Apag Extremadura Asaja solicita que se constituya la mesa de la sequía para el reparto del agua de riego, la bonificación del gasóleo agrícola al menos de 0.50 euros/litro, la flexibilidad medioambiental respetando las labores tradicionales, además de las ya mencionadas ayudas directas a los apicultores. En cuanto a la quema de restos agrícolas, desde Apag Extremadura Asaja piden la autorización a partir del 15 de julio de la quema controlada de rastrojos en cereal para la eliminación de plagas, enfermedades y malas hierbas, además de la ayuda a la producción integrada para los cereales.