Todos los detalles del incendio de Huelva en el que murió una joven extremeña

Fachada-incendio-Huelva-e1675859399226
Todos los detalles del incendio de Huelva en el que murió una joven extremeña

César Sánchez Sánchez, cabo del Servicio de bomberos del ayuntamiento de Huelva, que dirigió las operaciones interiores en el trágico incendio, ha relatado al Observatorio de Prevención de Riesgos y Accidentes (Opra) con todo detalle lo ocurrido en el fatal incendio ocurrido en Huelva el pasado 31 de enero, en el que perdieron la vida tres jóvenes, entre ellos la extremeña del municipio de Valverde de Leganés, Sara Montero.

El presidente de Opra, Javier Larrea, y el propio César Sánchez -autor de las imágenes que ilustran este reportaje- detallan que el lunes 31 de enero de 2023 ocurrió la tragedia en un piso de estudiantes de la ciudad de Huelva falleciendo dos chicas y un chico de entre 20 y 22 años. No es muy frecuente en España que mueran tres personas en un mismo incendio de vivienda y menos aún personas tan jóvenes.

LLAMADA Y MOVILIZACIÓN

El Servicio de Bomberos de Huelva recibe la llamada a través del teléfono de emergencias de Bomberos 080 a las 07:47 horas de la mañana. Esta llamada procedió de una chica ocupante de la casa indicando que salía humo de una de las habitaciones donde había un brasero, indicando la dirección. No indicó que había otras personas en la vivienda. Nada hacía suponer la envergadura del incendio que luego se encontraron. Después hubo otras llamadas de otros testigos que veían salir las llamaradas por un balcón.

Se movilizaron tres vehículos según el protocolo de incendio en vivienda, que componen el tren de salida. El primer vehículo es una bomba urbana ligera (BUL en el léxico bomberil), el segundo es un vehículo escalera (AEA) con un alcance de 30 metros de altura, y el tercero una autobomba pesada (BUP).

La dotación completa fue de 9 personas, en el primer vehículo iban el mando de la intervención interior (César Sánchez), un conductor y tres bomberos, en la AEA un conductor y el mando exterior, y en la BUP, otro conductor y otro bombero.

Antes de iniciar el recorrido, se pide a la central de comunicaciones de bomberos que entre en contacto con la persona que ha llamado para que les espere en la puerta del portal.

Imagen de la cocina tras el incendio.

Aspecto del baño del piso tras el siniestro.

LA INTERVENCIÓN

El edificio incendiado se encuentra en una calle no muy ancha de un solo sentido de circulación en el que había coches aparcados en los dos lados dejando en el centro un único carril de circulación. Un primer inconveniente es que tan solo puede llegar el primer vehículo hasta la fachada del incendio pues en la esquina de una calle perpendicular por la que se accedía había un coche aparcado en la esquina que no permitía el giro del camión autoescala y quedaron atascados los otros dos vehículos del tren de salida.

La llegada se produjo a los cuatro minutos y medio de recibir la llamada y se encontraron con un incendio de vivienda desarrollado y alimentado en la primera planta, saliendo llamas por el balcón de la fachada principal y con ninguna información más. Esta habitación es la que se ha venido llamando comedor (en el croquis figura como salón). La Policía Nacional ya estaba en el lugar. La chica que había llamado no estaba esperándoles.

La primera decisión fue iniciar la extinción mediante un ataque exterior ofensivo con un “ablandado” desde el suelo proyectando agua con mangueras desde la calle y a continuación una instalación interior de manguera. Un policía avisa en el portal que la escalera está llena de humo a partir del primer piso y que resulta intransitable. La puerta de la vivienda incendiada estaba abierta. Poco después, cuando llega la autoescalera se hace una instalación de manguera exterior, por si hiciese falta realizar apoyo exterior y evitar la propagación por fachada.

EL SALVAMENTO DE PERSONAS

Cuando la policía entra en contacto con los estudiantes que se han salvado a través de un patio interior y accediendo a una vivienda colindante es cuando se tiene información fehaciente por primera vez de que hay más personas dentro del piso. Informado César Sánchez, el mando interior de Bomberos, es entonces cuando se inicia el rastreo por la vivienda con muchas dificultades, pues estaba totalmente inundada de humo y sin visibilidad, y se encuentra a un chico tumbado en el suelo, que es sacado a la calle para ser puesto en una camilla y atendido por el personal sanitario presente en el lugar, que fueron quienes le trasladan al hospital.

Sabiendo que había más personas en el interior, pero no encontrándolas en el resto de las habitaciones de la casa, se entregan a la extinción del incendio en el comedor (donde estaba el motor principal del incendio), así descubren que a través del comedor se accedía a otra habitación, la salita. Nada más entrar en la salita se encontraron con una chica tirada en el suelo que evacuaron rápidamente hasta los servicios sanitarios fuera del edificio. Cuando entraron en la salita localizaron otra chica desmayada agachada debajo de la ventana que procedieron a evacuar al exterior. Ambas chicas fueron trasladadas de urgencia al hospital. Las tres víctimas, que fueron rescatadas aún con vida, tras los intentos de reanimación fallecieron en el hospital.

Por la fachada principal, la autoescalera realizó labores contra la propagación exterior a otras viviendas, mientras por el interior del edificio, se procedió a rescatar a algunas personas de la segunda planta bajándolas hasta la calle, y subiendo a las personas que estaban en los balcones y pisos de la tercera planta hasta una azotea transitable en lo alto del edificio.

LA VIVIENDA Y CIRCUNSTANCIAS

La vivienda estaba ocupada por 10 estudiantes (5 chicas y 5 chicos) de entre 18 y 22 años, de los cuales 3 o 4, eran los ocupantes habituales del piso, y el resto se habían quedado a pernoctar tras una celebración que habían organizado esa noche para celebrar la finalización de los exámenes universitarios del primer cuatrimestre. Según testimonios de algunos vecinos alargaron la fiesta hasta las cinco de la madrugada.

La distribución de la casa es la siguiente (ver croquis): A la entrada de la vivienda a la izquierda hay un comedor, que es donde se produjo el incendio, a través del cual se accede a una salita, que es donde se encontraron a las 2 chicas que fallecieron. Un pasillo en forma de "L" conduce a 3 dormitorios, donde estaban el resto de estudiantes. Todos menos uno se despertaron y pudieron salir por las ventanas que afortunadamente no estaban enrejadas y accedieron a un patio interior, a través del cual accedieron a otras viviendas y pudieron huir.

Croquis con la distribución de la vivienda.

En uno de estos dormitorios (el nº 2 en el croquis) al cual no llegó el fuego, pero sí el humo y gases tóxicos y mucho calor, se encontró al chico tumbado en el suelo, que posteriormente falleció. La salita en la que se encontró a las dos chicas tenía rejas en la ventana, y no les fue posible huir a través del comedor, ya que allí estaba el incendio en toda su magnitud.

Según cuenta un vecino de los estudiantes fallecidos que se encontraba viendo el desenlace del incendio desde la calle, vio cómo en la salita estaban intentando subir la persiana, pero llegó un momento en que la persiana de plástico se rompió y se cayó.

FIN DE LA INTERVENCIÓN

Tras la extinción del incendio en el comedor continuaron con la extinción de los focos subsidiarios. También había roturas de tuberías de agua que estaban fugando; se procedió a precintar el ascensor, y a realizar el saneamiento de forjados y bovedillas. Finalmente, los técnicos municipales realizaron la inspección del edifico para evaluar su estado.

Al parecer, el origen del incendio estaría localizado en un brasero eléctrico situado en el comedor que probablemente entró en contacto con algún material combustible dando inicio a la ignición que se extendió por toda la habitación en la que había un colchón, varios sofás, ropas y prendas de vestir. Como puede verse en las fotografías, la habitación quedó totalmente calcinada; ardió todo el material combustible posible y se tuvieron que alcanzar temperaturas muy altas, alrededor de los mil grados.

Aspecto del comedor incendiado con la imagen del brasero que originó el fuego.

OBSERVACIONES

Tras este relato, podemos apuntar algunas recomendaciones a tener presentes en el futuro. Hay que insistir a las personas que llaman alertando de un incendio que permanezcan cerca de la entrada del edificio incendiado para suministrar información a los bomberos.

Sería conveniente que los policías presentes, mientras esperan la llegada del servicio de bomberos localizasen a algún vecino u ocupante del edificio para que a su llegada pudiesen informar al mando de la distribución de la vivienda, de qué pisos están ocupados y cuáles vacíos, y de cualquier otro extremo que pueda facilitar la extinción y el salvamento de personas.

Mientras los bomberos realizan su trabajo de extinción de incendios y salvamento en la vivienda incendiada, los policías presentes podrían informar mediante un megáfono a los vecinos de las plantas superiores al piso incendiado que no abran la puerta de su vivienda, que no salgan a la escalera y que permanezcan en sus viviendas. Hay que hacer hincapié en que los policías, que suelen ser los primeros en llegar al incendio, no deben evacuar el edificio poniendo en peligro a las personas haciéndolas salir por una escalera cuando esté llena de humo. Hay que dar formación a los policías sobre los efectos de “confinar” y “evacuar”. Sabiendo que muchos policías se van a encontrar en sus vidas con esta situación deberían recibir formación en la academia con el objetivo de ser formados e instruidos sobre este particular tan importante en incendios de edificios multiplanta.

En este incendio se ha puesto de manifiesto la paradoja que se da cuando hemos aplicado unas medidas de seguridad contra robo e intrusión (las rejas en las ventanas), que imposibilitan la evacuación en caso de incendio. Como en cualquier otro incendio que se produce por la noche en una vivienda no está de más recordar que un detector de incendios de 10 euros podría haber salvado estas vidas.


César Sánchez Sánchez es un profesional experimentado con 23 años de servicio en distintos cuerpos de bomberos. Su vida profesional le ha llevado a servir como bombero en Béjar (Salamanca), un servicio de bomberos referente en España por sus acciones formativas. Después se incorporó al Consorcio de bomberos de Zamora, para finalmente ocupar plaza de bombero en el Servicio municipal de bomberos de Huelva en 2006, donde ascendió al cargo de cabo hace dos años.

Comentarios