Eugenio Delgado, el único acusado de la muerte de Manuela Chavero en el municipio pacense de Monesterio, ha negado este lunes en la vista oral celebrada en Badajoz que mantuviera relaciones sexuales con la víctima.

En su declaración ha asegurado que el 5 de julio de 2016 acababa de llegar de la playa, se dirigió a la casa de sus padres a llevarles el pescado que había comprado y cuando pasó vio la luz de la casa de Manuela Chavero encendida. Según relató en la vista oral, llamó al timbre de la vivienda y ambos se dirigieron a su casa para recoger una cuna que le había prestado.

Aunque en la reconstrucción de los hechos, tras su detención por la Guardia Civil, declaró que llevó el cuerpo en el maletero de un Opel Vectra hasta la finca en la que enterró el cadáver, ahora ha dicho que trasladó el cuerpo sin vida durante 300 metros en la pala de un tractor.

El acusado solo ha respondido a las preguntas de su abogado, José Antonio Carrasco, ha asegurado que la única relación que mantenía con la víctima era a través de una persona llamada José Antonio que, según ha declarado, mantenía una relación con ella.

Con el pelo rapado y mostrando tranquilidad, el acusado ha aclarado que ha modificado su declaración inicial fruto del cansancio, porque fue sometido a muchas horas de interrogatorio. No obstante, no ha negado que enterrase a Manuela Chavero en la finca en la que posteriormente fue hallado el cadáver.

LOS FAMILIARES DE LA VÍCTIMA

Durante el primer día del juicio también han declarado los familiares de la víctima y su madre, Virtudes Manuela Valiente, ha asegurado que su hija "nunca jamás" le había hablado de Eugenio Delgado.

La madre de Manuela Chavero ha indicado que se enteró de la desaparición de su hija al día siguiente y que vivió ese período fatal hasta el punto de que estuvo tres años sin salir de casa. A preguntas de su abogada ha dicho que se encuentra cada vez peor y que se encuentra tomando tranquilizantes.

El hijo de Manuela Chavero, Adrián García Chavero, que en el momento de la desaparición de su madre era un adolescente de 14 años, ha recordado que cuando todo ocurrió se encontraba pasando las vacaciones con su padre en Sevilla, ya que el matrimonio se había separado. Ha apuntado la posibilidad de que en alguna ocasión jugara a la consola con el detenido y ha dicho desconocer qué relación tenía con su madre.

El exmarido de la víctima, Feliciano García Barragán, que fue objeto de investigación y llegó a ser considerado uno de los principales sospechosos de la desaparición de Manuela, ha declarado en calidad de representante legal de la hija la víctima, que es menor de edad.

Con su testimonio ha corroborado que la cuna que le prestaron al acusado la tenían en la casa de la playa y la llevaron a Monesterio tras su divorcio. El único encausado por la muerte de Manuela sostuvo en su declaración tras ser detenido que la mujer falleció al darse un golpe en la cabeza cuando ambos sacaban la cuna de su casa.

La hermana de la víctima, Emilia Chavero, ha asegurado que hablaba todos los días con su hermana y que sospechó al día siguiente que había ocurrido algo porque no respondía a sus llamadas. Ha indicado que su hermana era muy buena y alegre y que el suceso les ha provocado mucho dolor.

En su declaración también ha recordado que ella fue la que movió todo para dar con el paradero de su hermana y que llegó a tener miedo por si la misma persona que había acabado con la vida de su hermana tomaba represalias contra ella para evitar que se esclareciera lo sucedido.

El juicio que ha comenzado este lunes se celebrará hasta el viernes y será un jurado popular integrado por ocho personas el que dictamine si el único acusado es culpable o inocente de la muerte de Manuela.

En la imagen, el acusado da explicaciones sobre cómo trasladó el cadáver de su vecina de Monesterio en una pala de un tractor, el día de la reconstrucción de los hechos, tras ser detenido por la Guardia Civil y conducir a los agentes hasta el lugar en el que se encontraba el cuerpo.