Los Marañones
La sorprendente intervención ayer (13-12-2023) en el Parlamento Europeo del presidente del turno de la UE y Presidente del gobierno de España Pedro Sánchez puede calificarse no ya de sorprendente, sino de reveladora de la personalidad del orador. La estupefacción que ha provocado no tiene parangón en los años de existencia de la UE.
No voy a repetir los argumentos de la acertada (y más que educada) intervención de Manfred Weber en respuesta a las insidiosas y mitineras afirmaciones del que se supone que es nuestro representante; Weber como buen europeísta y demócrata está muy por encima de las lecciones de democracia que pretendía impartir Sánchez, pero sí debo referirme a las similitudes del personaje (Sánchez) con Lope de Aguirre, (Oñate –Guipúzcoa-, 1511–), conocido entre otros sobrenombres por El Tirano.
Para los no ilustrados en el personaje, y sobre todo para la izquierda radical e iletrada que nos gobierna y que sobrevive al día a día alimentándose de las consignas emanadas del politburó de Ferraz, para los que se engolan y enorgullecen de usar y abusar de la memoria histórica en detrimento del estudio de la verdadera Historia, cabe señalar que Lope de Aguirrre fue en busca de Eldorado, partiendo de El Perú, bajo el mando y soberanía de la Corona Española, transformándose a lo largo de su periplo vital en una especie de delincuente apátrida ( al fin y al cabo, traidor) rodeado de un grupo de personajes, mitad soldados, mitad delincuentes, conocidos por el sobrenombre de Los Marañones, por haber navegado bajo su mando el rio Marañón desde el Perú hasta la desembocadura del Amazonas en el océano.
Al igual que Lope, Sánchez persigue su particular Eldorado, y para ello, como su sosias, no duda en hacer uso de cuanta artimaña, crueldad, mentira, o iniquidad se le presente como hábil y adecuada para conseguir el fin perseguido.
Primeramente Lope de Aguirre pasó a Indias y en el Nuevo Mundo no encontró colocación en ninguna empresa descubridora y, para ganarse la vida, se dedicó a “domar potros ajenos y quitarles los resabios”, y parafraseando a la Real Academia de la Historia, puede decirse que la magra y exigua vida laboral de Sánchez, en sus escasos cinco cursos como profesor asociado de Universidad, puede concretarse en que en la Universidad lo que hizo fue domar potros ajenos y quitarles los resabios, pues no consta que ninguno de sus pupilos haya osado glosar públicamente al personaje.
Pedro Sánchez llegó a ser secretario general del PSOE, pero sus propios compañeros de aventura lo defenestraron y redujeron su persona a la de ciudadano común y corriente : “Luego de esto, Lope de Aguirre “anduvo muchos días huido y escondido, y llamado a pregones y sentenciado a muerte” al igual que Lope, que intentó formar en la hueste del licenciado Pedro de la Gasca, y fue rechazado (no debieron de ser buenos los informes que tenía la Gasca sobre Lope de Aguirre), a tal punto era que se negó siquiera a recibirlo.
José Antonio del Busto escribe: “Quejoso de la ingratitud de Pedro la Gasca y dolidísimo del desaire inferido a su persona, Lope llenó su corazón de odio. Sentía que al mundo se le había acabado la justicia y que a él se le estaba acabando la paciencia. Pensaba que de nada le había servido ser un leal servidor del Rey, y que el éxito sería siempre de los pícaros, truhanes y bellacos; que nada se sacaba siendo bueno, que ser malo era lo mejor. Y con este y otros pensamientos, maldiciendo su falta de ventura, se juntó a otros soldados resentidos y “se halló en muchos bandos y motines que no tuvieron efecto”
Ambos, Lope y su sosias, confluyen en el rasgo común de que en ellos, por parecidas razones, se acrecentó su pesimismo sobre los hombres: conocían a todos, pero no confiaban en ninguno. Para ambos, el nuevo lema de su vida era “ Yo y solo yo, los demás eran encubiertos enemigos a quienes tenía que adelantarse para evitar le hicieran algún daño”.
En la última aventura emprendida el pasado 23 de julio, Sánchez va acompañado por su banda de Marañones, en su particular singladura del Amazonas y en pos de Eldorado le acompañan personajes como Bolaños, Marlasca, el también vasco Francisco López (más conocido por Pachi), Oscar Puente, Albares, Conde Pumpido, y como los siglos avanzan, y por escapar del peso infame del siglo de la conquista, también le rodea su corte de Marañonas: Yolanda Díaz, Calviño, Ribera, Montero y Robles y Francina Armengol, entre otras.
Ayer, en la jornada de Eldorado, como ahora en 2023, la idea fundamental consistía en “…dar ocupación a más de dos mil soldados malcontentos y dispuestos a cualquier motín o alboroto. Al frente de la expedición estaba Pedro de Ursúa, joven y apuesto hidalgo que había prestado importantes servicios a la Corona en el Nuevo Reino de Granada y en Panamá”
La idea, como vemos, no es nueva, y las similitudes son evidentes, toda una cohorte de malcontentos acólitos votantes de Pedro Sánchez necesita vivir de alguna forma, recibiendo subsidios, mercedes varias, prebendas o incluso falsas promesas; prebendas que pueden consistir en un ministerio o el nombramiento para un cargo de confianza (llámese director general de Correos, Sepi, o empresa pública similar), o simplemente bajo la promesa de un Eldorado que puede que llegue o puede que no, pues al igual que Sánchez, Lope después de dar el pasaporte a Ursúa, nombró sus “ministros” escogidos entre Fernando de Guzmán, Juan Alonso de la Bandera, Lorenzo de Salduendo, Alonso de Montoya, Miguel Serrano de Cáceres, Pedro de Cáceres, Pedro de Miranda, Pero Hernández, Alonso de Villena y Juan Vargas.
Conocida es el resto de la historia, y entre sus detalles no se puede olvidar el de los desprecios de Lope al Rey Felipe II, a quien remitió varias cartas que por su enjundia deben leerse, pues no son menores y si muy reveladores los desprecios que el narcisismo y la personalidad psicopática de Pedro Sánchez ha hecho a la institución de la Corona y en particular al Rey Felipe VI, y por ende, a todos los españoles, a tal punto es así que tiene prevista a una reunión en persona con un prófugo de la justicia que reside en Waterloo.
A nadie con una inteligencia mediana se le escapa que Sánchez persigue la derogación de la monarquía parlamentaria y su sustitución por una república, no sabemos si de corte socialista al estilo de la extinta Unión Soviética o de otro tipo como la Bolivariana, y debemos tener presente que tal y como hizo Lope, no dudará en hacer lo necesario para conseguirlo, pues ya ha colonizado con sus marañones todos los resortes que nuestra Constitución y nuestras leyes prevén para la defensa del Estado de Derecho.
Por cierto, cabe al fin señalar como colofón, que Lope de Aguirre, vencido y abandonado por sus propios hombres, murió (tras asesinar a su propia hija) de dos arcabuzazos disparados por dos marañones de su ejército en Barquisimeto, Venezuela, el día 27 de octubre de 1.561. Lo que comenzó en España finalizó en Venezuela.
El autor es abogado