El gran apagón del lunes negro colapsa Extremadura durante varias horas
El corte del suministro eléctrico comenzó hacia las 12:30 del mediodía y dejó paralizada la actividad esencial en la Administración y en las empresas.
El gran apagón de este lunes que afectó durante varias horas a toda la Península Ibérica provocó el colapso en los pueblos y ciudades de Extremadura.
El corte del suministro eléctrico comenzó hacia las 12:30 del mediodía y dejó paralizada la actividad esencial en la Administración y en las empresas.
Hacia las 17:00 horas, el suministro eléctrico fue restablecido en varios municipios de las comarcas del Campo Arañuelo y La Vera, donde la actividad comenzó a normalizarse de forma progresiva. Sin embargo, en la mayoría de pueblos y ciudades, la situación de crisis se prolongó durante varias horas más.
Ante la situación de caos general, la Junta de Extremadura fue una de las tres comunidades autónomas que pidió al Ejecutivo de Pedro Sánchez que declarase el nivel 3 de emergencia
Lo que en principio parecía un corte parcial que solo afectaba a determinadas zonas, terminó convertido en un gran apagón que movilizó a los ciudadanos en busca de su kit de supervivencia.
Nada más trascender el alcance de lo que sucedía, la gente se agolpó en los establecimientos de alimentación en busca de pan, agua y leche, sobre todo.
En una jornada de cero energético, las telecomunicaciones se convirtieron en una herramienta esencial; Telefónica priorizó sus servicios hacia la demanda de mayor urgencia y Vodafone logró mantener operativa el 70 por ciento de su infraestructura.
A lo largo de la jornada se cayó literalmente la red de 4G y 5G en muchas zonas de Extremadura y entró en servicio la red 3G, con dificultades para las comunicaciones telefónicas y la transmisión de datos.
DESABASTECIMIENTO
Los hipermercados y supermercados se vieron obligados a paralizar su actividad ante la imposibilidad de cobrar a sus clientes, mientras que las tiendas de barrio, calculadora en mano, suministraron a los ciudadanos los víveres que demandaban.
La fuerte demanda de determinados productos básicos llegó a provocar el desabastecimiento de pan, agua o leche y los ciudadanos acudieron a los establecimientos en los que se podia comprar aún.
Algo similar sucedió en las entidades bancarias, que al perder las conexiones con sus servidores y quedarse sin Internet, dejaron de prestar servicio a sus clientes de forma anticipada.
Las gasolineras, que dependen casi totalmente de la red eléctrica para el desarrollo de su actividad, también paralizaron su actividad al quedarse fuera de servicio los surtidores y los métodos de pago automatizados.
La actividad empresarial varió de unas empresas a otras: las más avezadas que disponen de sistemas de alimentación ininterrumpida continuaron con su labor hasta que pudieron, otras cerraron casi inmediatamente sus puertas y algunas más no abrieron por la tarde.
Los servicios de emergencia tuvieron que auxiliar a personas que quedaron atrapadas en ascensores en un lunes negro en el que se redujo de manera notable la circulación de vehículos, incluso en las zonas rurales.