Los Escobazos de Jarandilla de la Vera logran la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional

Los Escobazos
Los Escobazos de Jarandilla de la Vera logran la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional

Los escobazos es una Fiesta de Interés Turístico Regional que se desarrolla anualmente al caer la noche del 7 de diciembre hasta la madrugada del 8 de diciembre, día de la festividad de la Inmaculada Concepción, en el municipio de Jarandilla de la Vera.

Los Escobazos ya son Fiesta de Interés Turístico Nacional, por la resolución adoptada por el Ministerio de Industria y Turismo.

Esta designación honorífica otorgada por el Ministerio a Los Escobazos engrosa su lista siendo la número 158 de España y la décima fiesta con esta distinción en la región extremeña. Para su concesión se tienen en cuenta factores como, la antigüedad,continuidad en el tiempo, el arraigo y participación ciudadana y su interés real desde el punto de vista turístico, entre otros.

Los Escobazos es una Fiesta de Interés Turístico Regional que se desarrolla anualmente al caer la noche del 7 de diciembre hasta la madrugada del 8 de diciembre, día de la festividad de la Inmaculada Concepción, en el municipio de Jarandilla de la Vera.

Al atardecer del día 7 de diciembre los cabreros de Jarandilla de la Vera bajaban al pueblo desde los pastos de la sierra de Gredos para celebrar al día siguiente la fiesta de la “Virgen de la Concepción”. Era una de las pocas jornadas festivas que podían disfrutar.

El descenso desde las montañas, al anochecer y por caminos abruptos, propiciaba las caídas y para evitarlas los pastores se alumbraban con largas telas formadas con retamas secas atadas con cuerdas elaboradas con fibra de pita (“escobones”). Y de paso espantaban a los lobos. Al llegar a la localidad los pastores apagaban los “escobones” golpeándose entre ellos como gesto festivo, entonaban los cánticos establecidos para esta ocasión y repetían los tragos de vino de pitarra.

La fiesta decayó a mediados del siglo XX a causa de la despoblación por la emigración del campo a la ciudad. Años después fue recuperada por los maestros, que animaron a los niños a elaborar sus “escobones” a la antigua usanza y salir en la procesión de la “Concepción”. La iniciativa tuvo éxito y pronto fue secundada por los adultos, hasta el punto de que desde finales del siglo XX se ha convertido en una manifestación popular secundada por niños, hombres y mujeres.

Al atardecer del 7 de diciembre en diversos puntos de la población se montan grandes piras con maderas y ramas secas que permanecen ardiendo hasta avanzada la madrugada.

A las nueve de la noche sale la procesión de la parroquia de Santa María de la Torre que tiene como protagonista el “Estandarte de la Virgen de la Concepción”. Lo lleva el mayordomo que monta un borrico, y le acompañan jinetes a caballo. El cargo honorífico de mayordomo se adquiere en subasta pública. La tradición considera que las caballerías que participan en la procesión se verán libres de enfermedad durante el siguiente año. La comitiva está formada principalmente por el pueblo en general que espontáneamente, sin orden ni concierto, arropa al estandarte, al tiempo que los “escobones” iluminan el trayecto que termina con el regreso a la parroquia.

Tras la procesión comienza una larga noche de cánticos y vivas a la Concepción. Los que reparten “escobazos” van protegidos con ropas viejas, gorros y guantes y procuran golpear de cintura para abajo. Al mismo tiempo, las hogueras arden en distintos lugares de Jarandilla hasta bien avanzada la noche. Las mayores se encuentran en la Plaza de la Constitución y ante la ermita de la Virgen de Sopetrán, la patrona de la localidad.

Los participantes entonan cantos tradicionales al tiempo que marcan el ritmo con instrumentos caseros, como sartenes, calderos, tapaderas de cazuelas, botellas de anís y otros elementos domésticos, además de tambores.

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