¿Cómo afectan los cambios hormonales a la salud de las encías?
Estas alteraciones hormonales hacen que las encías se vuelvan más sensibles y vulnerables a la inflamación, lo que incrementa el riesgo de desarrollar afecciones como gingivitis y periodontitis.
Los cambios hormonales que ocurren durante la pubertad, el embarazo, el ciclo menstrual y la menopausia tienen un impacto significativo en la salud bucodental, especialmente en las encías. Estas alteraciones hormonales hacen que las encías se vuelvan más sensibles y vulnerables a la inflamación, lo que incrementa el riesgo de desarrollar afecciones como gingivitis y periodontitis.
“Las fluctuaciones hormonales afectan a las encías debido a modificaciones en el flujo sanguíneo y a una respuesta inflamatoria alterada. Durante algunos períodos, los niveles elevados de algunas hormonas aumentan la sensibilidad de las encías a la placa bacteriana, lo que provoca una mayor inflamación. Este proceso puede agravar condiciones existentes o facilitar la aparición de nuevas afecciones periodontales", explica Carolina Medina, jefa del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Sanitas Virgen del Mar.
Estas fluctuaciones hormonales, que varían a lo largo de las diferentes etapas de la vida, alteran la respuesta normal de las encías a la placa bacteriana existente.
La pubertad, el incremento en la producción de hormonas sexuales como los estrógenos y la progesterona puede generar una inflamación de las encías, haciéndolas más propensas a sangrar, lo que deriva en problemas como la gingivitis.
El embarazo, con el aumento de hormonas como la progesterona durante el embarazo predispone a las mujeres a la gingivitis gestacional, caracterizada por encías rojas, hinchadas y sangrantes. Si no se trata, esta condición puede progresar a periodontitis, una enfermedad más grave que también podría tener repercusiones en la salud del feto.
La menstruación, en algunas mujeres, las variaciones hormonales que ocurren durante el ciclo menstrual causan inflamación y sensibilidad en las encías. Estos síntomas suelen ser cíclicos, pero con el tiempo contribuyen al desarrollo de problemas gingivales.
La menopausia, con la disminución de estrógenos durante la menopausia suele llevar a la sequedad bucal por una disminución del flujo salival, lo que a su vez incrementa el riesgo de caries y enfermedades de las encías.
Para proteger la salud bucodental en estos momentos de cambios hormonales, los expertos de Sanitas Dental sugieren varias recomendaciones.
Mantener una higiene oral estricta, cepillarse los dientes al menos dos veces al día y usar hilo dental diariamente para eliminar la placa bacteriana que se acumula en la superficie de los dientes y a lo largo de la línea de las encías. El control de placa es la clave para evitar problemas en las encías en los diferentes procesos hormonales. Además de un cepillado delicado pero riguroso, es fundamental realizar higiene interdental mediante el uso de cepillos interproximales y seda. No se debe olvidar la limpieza de la lengua, las bacterias encuentran en ella un asiento perfecto para colonizar las diferentes superficies de la boca.
Visitar al dentista regularmente, realizar chequeos periódicos, especialmente durante cambios hormonales, para detectar y tratar a tiempo cualquier problema en las encías.
Llevar una dieta equilibrada, los alimentos ricos en vitaminas y minerales juegan un papel crucial en la fortaleza y resistencia de los tejidos gingivales, ayudando a prevenir la inflamación y las infecciones que pueden derivar en enfermedades periodontales. “La vitamina C es conocida por su capacidad para reforzar el tejido conectivo y ayudar en la reparación de las encías, además de su efecto antioxidante que combate la inflamación. Otros nutrientes, como el calcio y la vitamina D, también son esenciales, ya que contribuyen a la densidad ósea y al mantenimiento de la estructura del hueso que soporta los dientes”, Natalia Galán, nutricionista de Blua de Sanitas.
No fumar, ya que al abandonar el tabaco, se mejora el flujo sanguíneo a las encías, se incrementa la producción de saliva y se reduce el riesgo de infecciones y problemas periodontales.
Controlar el estrés, ya que debilita el sistema inmunológico, aumentando la susceptibilidad a problemas en las encías. Además, puede llevar a comportamientos que agravan los problemas dentales, como el bruxismo y el descuido en la higiene bucal.