Florentino Muñoz, de formador en Coria a canónigo en Cáceres

Florentino Muñoz.
Florentino Muñoz, de formador en Coria a canónigo en Cáceres

Recién licenciado en Teología por la Pontificia de Salamanca, don Florentino fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1964 y después fue superior y profesor en el Seminario Menor de Coria en el curso 1964-1965 y, posteriormente, en el Seminario Mayor de Cáceres.

Florentino Muñoz y Muñoz (Coria, 22/01/1942; Cáceres. 04/03/2025), fallecido a los 83 años de edad, fue inhumado ayer en Cáceres tras el funeral oficiado en la concatedral de Santa María, oficiado por el obispo de la diócesis, Jesús Pulido, a quien acompañaba el obispo emérito de Albacete, Ciriaco Benavente Mateos, anterior titular de la diócesis, y los vicarios episcopales de la diócesis de Coria-Cáceres y de Badajoz y el cabildo catedral.

Recién licenciado en Teología por la Pontificia de Salamanca, don Florentino fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1964 y después fue superior y profesor en el Seminario Menor de Coria en el curso 1964-1965 y, posteriormente, en el Seminario Mayor de Cáceres, donde ejerció como profesor de Teología Dogmática y prefecto de Estudios. 

Su vida fue una consagración de servicio a la Iglesia diocesana en los diversos cargos desempeñados hasta su fallecimiento: fundador y director del Colegio Diocesano de Cáceres, canónigo doctoral de la concatedral, vicario episcopal del Clero y la Vida Religiosa, director del Instituto Teológico Diocesano, delegado diocesano para la Causa de los Santos y rector del santuario de la patrona de Cáceres, Nuestra Señora de la Montaña.

En la Curia diocesana, fue Defensor del Vínculo y miembro del Consejo Presbiteral, del Colegio de Consultores, postulador de la causa de beatificación del presbítero don Honorio María Sánchez de Bustamante, consiliario de Acción Católica de Propagandistas y confesor ordinario de la Residencia de las Hermanitas de los Pobres de Cáceres.

En su homilía, el obispo diocesano ha recordado la vida y obra del presbítero y canónigo, que dedicó su vida y obra al servicio de la diócesis, un hombre de Iglesia que supo trabajar y colaborar con todos los pastores diocesanos, como un punto de encuentro que aceptó a todos como son, para edificar la Iglesia. “El hueco que deja no es por lo que ha hecho, sino por la ha sido y significado: un hombre que se ganó el respeto y el reconocimiento no por sus cargos, sino por su servicio a los más necesitados.”

Como teólogo, fue reconocido por sus discípulos por sus homilías dominicales, que se preparaba a conciencia, dando más luz a la palabra de Dios y los Evangelios, más propias de un obispo que se dirigiera a sus ministros en el sacerdocio que a sus alumnos que se iniciaban en el conocimiento de las Sagradas Escrituras.

Don Florentino escribió la biografía de don Honorio María Sánchez de Bustamante (Ceclavín, Cáceres, 21/11/1886; Coria, 15/08/1965), como postulador de su causa de beatificación (“Don Honorio María Sánchez de Bustamante, sacerdote de la diócesis de Coria-Cáceres, vivió en humildad ante Dios y en el servicio a los demás” (Cauriensia, vol. VI, 2011). Ordenado sacerdote en 1910 por el obispo Peris Mencheta a los 24 años, fue profesor y director espiritual del Seminario desde ese año, organista segundo de la catedral en 1913, nombrado hijo adoptivo de Coria el 14 de marzo de 1960 y coadjutor en la parroquia de san Pedro en Garrovillas de Alconétar en los tres primeros meses de su sacerdocio. En Coria llevó a cabo su ministerio durante toda su vida: 55 años. Fue vicecanciller de la Curia y vicesecretario de Cámara y de Gobierno del Obispado; profesor y director espiritual del Seminario; canónigo de la catedral desde 1942. Don Florentino fue su monaguillo desde pequeño en el convento de la Madre de Dios de Coria, donde fue confesor y capellán. También desempeñó los cargos de secretario (1931-1945) y mayordomo (1950-1961) de la Cofradía de la Virgen de Argeme. Tras su fallecimiento, el 15 de agosto de 1965, a los 78 años y 55 de sacerdocio, toda Coria proclamaba: “Ha muerto un santo.” Algunos pretendieron enterrarlo en la catedral; pero no hubo tiempo para realizar los trámites exigidos por la ley. Su cuerpo descansa en la capilla del cementerio municipal, siempre llena de flores y velas.

El 30 de diciembre de 2008, el obispo de la diócesis solicitó a la Santa Sede la autorización para iniciar la causa de beatificación del siervo de Dios don Honorio, respondida afirmativamente el 30 de diciembre. La apertura del proceso tuvo lugar en la catedral de Coria el 8 de junio de 2009, y el Cabildo Catedral nombra postulador de la Causa General a don Florentino Muñoz.

Don Florentino dejó escritos varios libros, además de numerosos artículos y ensayos de espiritualidad. Entre ellos, además de la biografía reseñada de don Honorio, cabe destacar también “Las devociones del siervo de Dios don Honorio María Sánchez de Bustamante” (2018), “El ministerio pastoral del siervo de Dios don Honorio María Sánchez de Bustamante” (Monte Carmelo, Burgos, 2014), “Una vida entregada al servicio del reino de Dios, aproximación al ministerio episcopal de Mons. Ciriaco Benavente Mateos en la diócesis de Coria-Cáceres (22-III-1992-16-10-2006)”.

Comentarios