La Pasión de Talayuela reúne a más de 3.000 personas en su edición más multitudinaria
La representación registró la mayor afluencia de público de todas las ediciones celebradas, en la que era además, la primera vez que se celebraba en fin de semana.
La Pasión de Talayuela celebró en la noche de este sábado su representación más multitudinaria, en la que más de 3.000 personas acompañaron a los actores por los distintos escenarios localizados en distintos enclaves del municipio.
En una noche en la que la climatología fue muy favorable, con una temperatura agradable y en la que la lluvia no hizo acto de aparición, se registró la mayor afluencia de público de todas las ediciones celebradas, en la que era además, la primera vez que se celebraba en fin de semana, ya que anteriormente, la representación se llevaba a cabo la noche del Miércoles Santo.
Debido a la cantidad de público que presenciaba La Pasión, los espectadores se iban desplazando de un escenario a otro antes de la llegada de los actores para ocupar los mejores sitios para visualizar la obra.
Este acto de marcado carácter religioso, en el que se vuelcan casi 300 personas, se desarrolló en distintos escenarios. Arrancó en la Plaza Real, junto a la Iglesia de San Martín y el ayuntamiento, un escenario en el que el recogimiento, el silencio y la devoción se imponen.
Desde ese lugar se llevó a cabo la entrada en Jerusalén, la última cena, y en el Corral Concejo se escenificó la escena del Huerto de los Olivos. Los actores partieron a continuación a la calle Manuel Mas, donde se desarrollaron las negaciones, y en el Parque de Juanjo se representó El Sanedrín.
Bajo un silencio sepulcral, la comitiva dirigió a los espectadores hasta la calle de Las Madres, donde tuvieron lugar las caídas de Jesús en un tortuoso camino que conduce a las proximidades de la iglesia nueva, donde se representó la crucifixión de Cristo, el escenario final de esta obra que no deja de crecer en cada nueva edición.
La Pasión de Talayuela es todo un espectáculo en el que se cuidan los detalles al máximo, desde la iluminación, el vestuario o el sonido de los tambores, y en el que la entrega, preseverancia, dedicación y el trabajo de los actores, vecinos del pueblo, que lo escenifican, lo convierte en una de las citas más importantes del año en la localidad.
Fotografías: Estela Paniagua.