El aceite de oliva
Que se compre menos no es un tema de precios, es de gusto por la vida sana. Tiene relación con que la mitad de los españoles no hace ejercicio, está sobrado de peso, duerme poco y consume poca fruta legumbres y verduras. Estas carencias pueden disminuir si usamos uno de nuestros mejores productos: el aceite de oliva.
Aunque España tiene uno los cinco mejores aceites de oliva del mundo, existen bulos, prejuicios, recomendaciones tontorronas como utilizar un spray para rociarlo sobre ensaladas, o que engorda.
El aceite es un antiinflamatorio, anti oxidante, mejora la mineralización de nuestros huesos, regulador de la tensión arterial, baja el colesterol, es un polivitamínico y un potente anti-vejez.
Su ácido oleico previene las enfermedades cardiovasculares al reducir el colesterol total del organismo, ya que contribuye a disminuir el colesterol malo (LDL), al mismo tiempo que conserva el bueno (HDL). Sus esteroles compiten con la absorción del colesterol en el intestino, y con ello bajando el colesterol en sangre.
También ayuda a mantener baja la presión arterial, aliviando los efectos de la artritis por su poder antiinflamatorio. Debido al oleocantal y los alcoholes terpénicos aumenta la excreción de los ácidos biliares, dando como resultado la eliminación por las heces del colesterol. Es antiinflamatorio no esteroideo (aine), similar al ibuprofeno, el paracetamol o el diclofenaco, pero es natural y sin efectos secundarios, con propiedades anticancerígenas porque algunos cánceres necesitan un sustrato inflamatorio. Por la misma propiedad es antidiabético y contribuye a bajar el peso en la obesidad, que también tiene ese sustrato inflamatorio.
Sus fitosteroles compiten con la absorción del colesterol en el intestino y rebajan los triglicéridos elevados. Sus tocoferoles mejoran el flujo cardiovascular, protegiendo al corazón, y también la circulación de la sangre, evitando la formación de coágulos.
Según un estudio de la Universidad de Navarra, realizado con 187 voluntarios y publicado en la revista Atherosclerosis: “Una dieta mediterránea enriquecida con aceite de oliva virgen y con frutos secos puede revertir la arteriosclerosis en las arterias carotideas en sólo un año”.
En el proceso permanente de construcción y de renovación celular las grasas de la dieta tienen un papel fundamental, ya que proporcionan los componentes para la construcción de la membrana celular y de las membranas de las mitocondrias, centrales de energía de nuestras células. Dependiendo del tipo de grasas presentes en la dieta, la construcción de estas membranas se realiza con estructuras diferentes, de manera que hay grasas que dan lugar a membranas resistentes al estrés oxidativo provocado por los radicales libres y otras que las hacen vulnerables a él. El aceite de oliva proporciona en sus ácidos grasos los componentes ideales para la construcción de una membrana celular más eficaz en su dinámica vital y más resistente a la oxidación, mientras que el consumo de otros tipos de grasas, producen membranas más frágiles y proclives a la oxidación. Esto también explica la relación entre consumo de aceite y disminución de cánceres.
Los antioxidantes del aceite van acompañados de la necesaria proporción de minerales cofactores que permiten la acción antioxidante como el potasio, calcio, magnesio, manganeso, hierro y zinc, siendo esta la receta secreta del aceite. Ello lo hace necesaria para mejorar la osteoporosis, a partir de la edad media de la vida.
Sus vitaminas A y E que contribuyen a mejorar el aspecto y tersura de la piel, y la vitamina E que estabiliza y regula la producción de hormonas femeninas. Todo esto hace que su consumo sea muy beneficioso para los órganos reproductores, además de facilitar el embarazo y el parto.
Fuente original: Proa Comunicación