Identifican en Valencia de Alcántara los restos de una mujer portuguesa desaparecida en 2018

Policía Judicial de la Guardia Civil y médicos forenses del IML de Cáceres en una imagen de archivo (3)
Identifican en Valencia de Alcántara los restos de una mujer portuguesa desaparecida en 2018

Agentes de la Guardia Civil pertenecientes al Servicio de Criminalística (SECRIM) han conseguido identificar los restos óseos humanos aparecidos en una finca de la localidad cacereña de Valencia de Alcántara, en el mes de octubre de 2018. Tras obtener el ADN de los huesos y compararlo con el ADN del hijo de una mujer desparecida dos meses antes en Portugal, se ha podido confirmar la relación de parentesco entre ambos y por tanto, la identidad de los restos hallados. La labor técnico científica realizada por la Guardia Civil, unida a la estrecha colaboración con los médicos del Instituto de Medicina Legal de Cáceres, ha permitido desvelar la identidad de los restos óseos, que correspondían a la mujer cuya desaparición había sido denunciada.

Los hechos se remontan al mes de agosto de 2018, cuando se interpuso denuncia en Portugal por la desaparición de una mujer, de 85 años de edad, y se denunciaron también en el Puesto de la Guardia Civil de Valencia de Alcántara (Cáceres), ante las fundadas sospechas de que la mujer pudiera haber viajado a España.

Durante una batida de caza, realizada en el mes de octubre siguiente en una finca de esta localidad cacereña, un grupo de cazadores hallaron restos óseos, al parecer humanos. Tras acordonarse la zona del hallazgo, con el objetivo de evitar cualquier posible contaminación de la escena y de las muestras encaminadas a su identificación, un agente de la Guardia Civil especialista en Policía Judicial, y perteneciente al Equipo de esta especialidad con sede en Coria (Cáceres), se personó en el lugar del hallazgo, y realizó una inspección técnico ocular, con el objeto de poder identificar los restos óseos encontrados y las posibles causas del fallecimiento.

De igual modo, el médico forense en funciones de guardia examinó los huesos, y tras observar que no presentaban signos de violencia, sino los propios de haber permanecido varios meses a la intemperie, ordenó el traslado de los mismos para su posterior estudio al Instituto de Medicina Legal de Cáceres, todo ello bajo la dirección del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción N.º 1 de Valencia de Alcántara (Cáceres).

Desde un primer momento, la Guardia Civil tuvo presente el caso de la mujer portuguesa cuya desaparición había sido denunciada dos meses antes, tanto en España como en Portugal, máxime cuando la ropa encontrada junto a los restos óseos había sido identificada por los propios familiares de la mujer, a pesar de lo cual se hacía necesario proceder a la correspondiente identificación oficial del cadáver.

De esta manera, los investigadores obtuvieron muestras genéticas de un hijo de la mujer, quien no dudó en donar su ADN para análisis y comparación. Esta muestra fue remitida al Laboratorio de Criminalística de la Comandancia de Cáceres quien realizó un primer trabajo de campo, para posterimente enviarla al Departamento de Biología del Servicio de Criminalística (SECRIM) de la Guardia Civil, con sede en Madrid, que completó el análisis de ADN.

Por su parte, los restos óseos hallados fueron remitidos al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, quien obtuvo el perfil genético de los mismos. Ambos resultados fueron comparados mediante introducción en la “Base de Datos Policial de Identificadores Obtenidos a Partir de ADN”, que reveló así la compatibilidad entre el ADN del hijo de la mujer desaparecida con el perfil genético del ADN obtenido de los huesos hallados.

La “Base de Datos Policial de Identificadores Obtenidos a partir del ADN” integra los ficheros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de los distintos Institutos de Medicina Legal (Forenses), que almacenan los datos identificativos obtenidos a partir de los análisis de ADN en el marco de las investigaciones criminales. Del mismo modo, es muy útil en las investigaciones de identificación de cadáveres y restos humanos, y en la búsqueda de personas desaparecidas.

En estos casos, los indicios biológicos de las muestras de ADN obtenidas, son elementos esenciales en este tipo de investigación, ya que aportan perfiles genéticos únicos, que al introducirse en la base de datos de los Servicios de Criminalística de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, permiten su comparación automatizada a gran velocidad.

Finalmente, tras serios y rigurosos informes de cotejo, se ha podido concluir la relación de parentesco existente entre ambos perfiles genéticos y, por tanto, que los restos óseos hallados en la finca de Valencia de Alcántara (Cáceres), se corresponden con los de la mujer portuguesa cuya desaparición había sido denunciada.

Si bien los familiares de la mujer desaparecida ya sospechaban de la identidad de los restos óseos hallados, sobre todo tras haber reconocido la ropa encontrada junto a ellos como la que vestía en el momento de la desaparición, la labor realizada por la Guardia Civil, en estrecha colaboración con los médicos del Instituto de Medicina Legal de Cáceres, ha permitido la plena identificación de los restos óseos encontrados.

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