El Canal de Orellana acuerda las prioridades para la campaña de riego 2022
Los invernaderos, los cultivos permanentes, los hortícolas y el tomate de industria son los establecidos, por este orden, en la Comunidad General de Usuarios del Canal de Orellana para atender las necesidades de riego.
La comunidad ha hecho este jueves pública su postura tras los acuerdos adoptados en relación a la próxima campaña de riego de 2022 después de la propuesta que la Consejería de Agricultura ha trasladado a la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) para la utilización del recurso destinado a riego.
De esta manera, según recoge en un comunicado, los cultivos representativos de la zona que podrán entrar en producción la próxima campaña son, por este orden, los invernaderos, los cultivos permanentes, los hortícolas y el tomate de industria, este último en una producción de 3.500 hectáreas atendiendo a la "situación y disponibilidad de recursos hídricos", señalan.
La comunidad de regantes recuerda que la dotación asignada a la zona regable de Orellana por parte de la CHG es de 112,61 hectómetros cúbicos, lo que supone un 24,11 % de la dotación que le corresponde en un año hidrológico normal.
No obstante, precisa que dentro de esa dotación debe garantizarse primeramente el abastecimiento de industrias y poblaciones.
Asimismo, remarca que con la "escueta" dotación de agua con la que cuenta a día de hoy para este ejercicio, se plantea una campaña de riegos intermitentes e insta a la "responsabilidad" de cada usuario en la utilización de los recursos hídricos.
Aconseja también tener una capacidad de almacenamiento "adecuada" que les permita el autobastecimiento de la explotación en aquellos momentos en los que no se suministre agua por la red.
Todas estas medidas se recogen en la legislación vigente, indica la comunidad, que recuerda que en ella se establece que en situaciones extraordinarias de sequía se establecerán "normas excepcionales" para la utilización de los recursos hidráulicos y se aplicarán criterios como el carácter de permanencia o no de los cultivos, el nivel de consumo de agua de los mismos, su productividad con relación al agua consumida y el nivel de empleo generado.