El diestro Emilio de Justo no será intervenido de su grave fractura de cervicales

Emilio de Justo
El diestro Emilio de Justo no será intervenido de su grave fractura de cervicales

El diestro Emilio de Justo no será finalmente intervenido de las fracturas de vértebras cervicales sufridas este domingo en la madrileña plaza de Las Ventas y que fueron calificadas como "muy graves" por los médicos que ahora consideran que la inmovilización de la zona será suficiente para reparar la lesión.

Tras ser violentamente volteado al entrar a matar al primero de los seis toros que iba a lidiar en solitario en Madrid, De Justo fue trasladado al hospital de La Fraternidad, donde le realizaron varias pruebas que determinaron el grave alcance de la lesión.

Según el parte médico firmado por el doctor Eduardo Hevia, el torero extremeño sufrió "fractura en estallido de la masa lateral izquierda del atlas (C1) y fractura en estallido de la masa lateral derecha del axis (C2), sin desplazamientos apreciables".

El médico explicó que las fracturas "en estallido" de esas dos vértebras cervicales han evitado que se produzcan daños neurológicos así como la afectación de la médula, porque, en caso contrario, el percance hubiera podido ser "letal".

El doctor Hevia, especialista en cirugía vertebral, ha dictaminado así que para la recuperación de Emilio de Justo no será necesaria la intervención quirúrgica de la zona afectada, sino que bastará con inmovilizarla con un corsé de sujección cardiotorácico, "durante un plazo estimado de dos a tres meses".

En la reciente historia del toreo se han producido percances muy similares al sufrido este domingo por Emilio de Justo, aunque en algunos casos dichas fracturas cervicales sí que produjeron a los toreros lesiones irreversibles, en forma de paraplejia y tetraplejia.

Los más conocidos fueron son los sufridos por el novillero colombiano Álvaro Munera, el Pilarico, en 1984 durante una actuación en Munera (Albacete); el francés Christian Montcouquiol, Nimeño II, en la plaza de Arles y con un Miura en 1989; y el español Julio Robles, en la también plaza gala de Béziers en 1990.

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