El martes tendrá lugar en Mérida el juicio por el homicidio de un hombre en Navalvillar de Pela
La Audiencia de Badajoz, en su Sección de Mérida, iniciará el próximo martes el juicio al hombre acusado de dar muerte por cuchillada a otro varón en Navalvillar de Pela en 2020, para quien la Fiscalía y las acusaciones particulares piden 12 años y medio y 15 años de prisión, respectivamente, por homicidio.
Según el escrito de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Efe, J.L.T. mantuvo el 10 de octubre de 2020 una discusión en Navalvillar de Pela con J.S.Q. cuando lo encontró en la puerta del establecimiento comercial donde trabajaba la mujer del acusado, debido a la relación extramatrimonial que éste último mantenía con su esposa.
Para poner fin a la discusión el acusado se marchó hasta un local propiedad de sus suegros, hasta donde le persiguió J.S.Q. a los mandos de un vehículo a gran velocidad, del que se apeó con un bastón en la mano derecha para a voces comenzar a amenazar de muerte al procesado.
Acto seguido, J.L.T. entró en el local para salir con un cuchillo, de unos 17 centímetros de longitud de hoja, con el que “de forma inmediata asestó una puñalada mortal a J.S.Q. en el costado izquierdo”.
Según los médicos forenses que examinaron al acusado, éste “experimentó un estado de ira, muy posiblemente motivado por el temor a la pérdida de su estructura social y familiar, y un importante sentimiento de ofensa, que pudo influir en su capacidad de razonamiento”.
Por estos hechos, la Fiscalía solicita 12 años y seis meses de prisión por un delito de homicidio “con la atenuante de arrebato, obcecación u otro estado pasional semejante previsto en el Código Penal”, además de indemnizar a la hija, padre y hermanos del fallecido.
Las acusaciones particulares solicitan por su parte 15 años de prisión por un delito de homicidio doloso.
La defensa a su vez muestra su disconformidad con múltiples puntos de los escritos de acusación formulados tanto por el Ministerio Público como por las acusaciones particulares, y considera que se producen múltiples atenuantes al delito de homicidio que “deben llevar a la pena inferior en dos grados en toda su extensión”, por lo que no podría superar los dos años y seis meses de prisión.
La defensa expresa como atenuantes que el hombre reconoció los hechos, la reparación del daño, arrebato o el miedo que tenía el procesado al fallecido, entre otras “realidades de este caso”.