Jiménez Carrero y Misterpiro unen sus estilos en la Casa del Deán y las Claras de Plasencia

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Jiménez Carrero y Misterpiro unen sus estilos en la Casa del Deán y las Claras de Plasencia

El pintor y escultor Enrique Jiménez Carrero (Granadilla, 1953), hijo adoptivo de Plasencia y embajador turístico de la ciudad, junto al artista placentino Andrés Sánchez Ocaña (Madrid, 1954), conocido como Misterpiro y vinculado a Plasencia desde siempre, han unido su creatividad para fusionar su dos estilos artísticos en una muestra en el zaguán de la Casa del Deán, frente a la catedral de Plasencia, en una exposición que desea unirse al gran acontecimiento cultural del año en la ciudad diciembre.

La muestra de la Casa del Deán, que será inaugurada el viernes 29 de abril a las 20:00 horas, incluye el retablo “Pasión y vida”, obra de los dos artistas, una puesta en escena de una exposición con la utilización de las nuevas tecnologías. A través de un código QR, captado con el móvil, podrán verse las figuras moviéndose y saliéndose de los cuadros de Jiménez Carrero.

La muestra llevará una banda sonora y un texto del profesor de Historia del Arte, Fernando Talaván, que explica el significado del retablo de Misterpiro.

Misterpiro, considerado uno de los treinta jóvenes españoles menores de 30 años más influyentes para la revista Forbes en 2017, dio en Plasencia sus primeros pasos dentro del arte urbano. Sus trabajos murales, desarrollados con un estilo muy personal y colorista, en el que la sutileza de la acuarela se funde con el trazo agresivo del spray, se reparten por buena parte del mundo.

Jiménez Carrero aporta cuatro obras de la vida de Jesucristo, que hacen alusión al tránsito: el pecado original en el Paraíso, la Anunciación, la adoración de los pastores y la muerte.

A las 20:30 horas, en el Centro Cultural Las Claras, Jiménez Carrero, bajo el título “El último viaje”, expone alrededor de 35 obras realizadas durante los últimos años desde la última que mostró en el mismo centro.  “El último viaje” recrea el tránsito de la vida, muchas de las cuales fueron realizadas cuando cuidaba a su madre, fallecida el pasado año, que pudo ver cómo pintaba su hijo antes de su propio tránsito. En ella, el autor recrea los santos de Zurbarán, las esculturas de Antonio Cánovas y las que más le impresionaron durante un viaje por Italia.

 

 

 

 

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