El escándalo Feve hace caer al presidente de Renfe y la secretaria de Estado que no dimitieron por los trenes de Extremadura

María Luisa Domíngez, presidenta de Adif, e Isaías Táboas, presidente de Renfe, este viernes en Mérida.
El escándalo Feve hace caer al presidente de Renfe y la secretaria de Estado que no dimitieron por los trenes de Extremadura

El escándalo de los trenes de Asturias y Cantabria le ha costado el puesto al presidente de Renfe, Isaías Taboas, y a la secretaria de Estado del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y expresidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, que han permanecido durante meses en sus puestos a pesar del desaguisado del mal llamado tren de alta velocidad de Extremadura.

Taboas se ha visto obligado a dimitir y Pardo de Vera ha sido cesada después de la crisis de los Feve y una vez que la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, pidiera la cabeza de ambos ejecutivos tras de descubrirse hace unos días que el Gobierno español había adjudicado un contrato por importe de 278 millones de euros para la construcción de 31 trenes que no entran por los túneles de ambas comunidades autónomas.

Ha tenido que originarse un escándalo en dos regiones del norte español con mayor peso político que Extremadura para que hayan rodado cabezas en Renfe y el Gobierno, que han cometido decenas de errores con el mal llamado tren de alta velocidad de esta región del suroeste.

El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, pidió el 22 de julio de 2022 la dimisión de los responsables de la "chapuza" del tren extremeño que él mismo calificó de "vergüenza" y "desvergüenza". Y lo hizo después de un cúmulo de desaciertos, averías y retrasos en la semana de estreno del Alvia que comenzó a circular por la línea férrea extremeña en verano y registró cuatro incidencias consecutivas en sus primeros días de puesta de largo.

"Esto es un tema de la suficiente envergadura para que o se resuelva, o el responsable se tiene que marchar", dijo textualmente Vara; pero no se marchó nadie y lo máximo que hizo el ya expresidente de Renfe fue apartar de sus puestos, el pasado mes de noviembre, a los responsables de Servicio Público -media distancia- y Servicios Comerciales -Alvia e Intercity- de la línea Madrid-Extremadura.

Desde entonces, la situación del tren en Extremadura ha sido objeto de burlas, memes y recurso habitual de mofa en las redes sociales en toda España. Vara llegó a decir que "cuando se produce una incidencia, es una incidencia, cuando se producen muchas es una vergüenza, cuando no una desvergüenza, que es lo que es esto, en definitiva, y creo que no es momento de utilizar eufemismos".

Pero sus palabras cayeron en saco roto a pesar de que exigió "responsabilidades públicas y políticas" tras reconocer que los extremeños llevan "mucho tiempo soportando y aguantando, y ya no aguantamos ninguna más, se acabó". Desde entonces los retrasos e incidencias en el Alvia extremeño se han sucedido y Fernández Vara ha cambiado su discurso. Hace tan solo unos días el 16 de febrero, dijo refiriéndose al tren que "incidencias siempre las hay, y no solo aquí".

Sin embargo la presión ejercida por los presidentes asturiano y cántabro, Adrián Barbón y Miguel Ángel Revilla, tras el escándalo de los trenes en sus respectivas comunidades, ha tenido consecuencias fulminantes que han terminado con la caída de Taboas y Pardo de Vera.

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