La Raya mete presión para que se ejecute la autovía entre Moraleja y Castelo Branco

Los asistentes al encuentro ibérico exhiben un cartel reclamando la finalización de la autovía.
La Raya mete presión para que se ejecute la autovía entre Moraleja y Castelo Branco

La reunión de este miércoles ha sido una llamada de atención a las autoridades de ambos países para que perciban que las zonas despobladas también existen. 

Diversos colectivos sociales, asociaciones de empresarios, grupos de desarrollo y representantes del sector político de ambos lados de La Raya hispano-lusa de Extremadura y la Beira Baixa han dado un paso al frente este miércoles para reivindicar la ejecución de la autovía que uniría el municipio cacereño de Moraleja con la ciudad portuguesa de Castelo Branco.

Con la asistencia de más de un centenar de personas, Moraleja ha acogido el primer Encuentro Ibérico para la constitución de la denominada Alianza Territorial Europea (ATE), un foro de análisis y debate cuyo objetivo es presionar para agilizar el nuevo enlace internacional por carretera Madrid-Lisboa por el norte de Extremadura y la Beira Baixa portuguesa.

El proyecto se encuentra aparcado en la parte española desde el año 2015, fecha en la que se inauguró el último tramo de la autovía EX-A1 que arranca en Navalmoral de la Mata y finaliza en Moraleja. Desde este municipio y hasta el límite con la frontera portuguesa, en Termas de Monfortinho, falta el desdoblamiento de apenas 18 kilómetros que Extremadura nunca ejecutó por el desinterés del país vecino en prolongar la vía hasta Castelo Branco.

En la parte portuguesa las obras ni siquiera han comenzado y sólo existe un proyecto de desdoblamiento de la carretera convencional sobre el que el nuevo gobierno del país vecino guarda silencio después de que el anterior ejecutivo barajase la opción de construir una vía rápida en lugar de una autovía. La distancia que separa Termas de Monfortinho y Castelo Branco no llega a los 60 kilómetros.

La reunión de este miércoles ha sido una llamada de atención a las autoridades de ambos países para que perciban que las zonas despobladas también existen. En palabras de Francisco Martín, exdirector general de Turismo de la Junta de Extremadura en el Gobierno del socialista Guillermo Fernández Vara y portavoz del Movimiento Social Ciudadano que ha promovido el encuentro, ha sido "un puñetazo en la mesa".

FORO POLÍTICO

Los promotores del encuentro han insistido en la necesidad de desvincular esta alianza de cualquier cariz político, pero en el encuentro han estado presentes los presidentes de las diputaciones de Cáceres y Badajoz, Miguel Ángel Morales y Miguel Ángel Gallardo, respectivamente. 

No han asistido representantes de la Junta de Extremadura, institución que en los últimos días ha puesto sobre la mesa la posibilidad de ejecutar las obras mediante un acuerdo de financiación mixto en el que participen conjuntamente la iniciativa pública y la privada.

Miguel Ángel Gallardo ha dejado claro que no es partidario de acometer el proyecto bajo esta fórmula y ha dicho que, una vez sorteada la crisis, es el momento de poner en marcha la autovía en la parte extremeña, aunque también ha reconocido que hubo la posibilidad de haberse ejecutado durante el mandato socialista y no se hizo.

Su homólogo en la Diputación de Cáceres ha expresado la necesidad de poner en marcha la autovía que ahora finaliza en Moraleja prolongando su trazado hasta Termas de Monfortinho, aunque también ha reconocido que resulta frustrante en el ejercicio de la actividad política anunciar proyectos que, o no se ejecutan nunca, o bien se demoran en exceso.

En lo que han coincidido todos los participantes ha sido en la importancia de lograr la conexión entre Madrid y Lisboa atravesando el norte de Extremadura y la Beira Baixa, el área geográfica más pobre de la Unión Europea, según ha recordado el presidente de la Camara Municipal de Idanha-a-Nova, Armindo Jacinto, que desde hace más de una década desarrolla conjuntamente con el Ayuntamiento de Moraleja varios proyectos de cooperación transfronteriza.

La prolongación de la autovía permitiría abrir un nuevo itinerario para viajeros y transporte de mercancías entre las dos capitales de la Península Ibérica que, además, sería el más corto, evitando el sinuoso trazado de la carretera convencional actual que resulta prácticamente intransitable para los camiones, especialmente entre Idanha-a-Nova y Castelo Branco. 

El alcalde de Moraleja, César Herrero, es una de las voces que lleva años reclamando la atención de la clase política para que termine de ejecutarse el proyecto, no sólo en territorio extremeño, sino también en la parte portuguesa, pues de nada serviría prolongar la autovía hasta el límite con Portugal si el país vecino no diese continuidad al trazado que es de su competencia.

También el presidente de la Camara Municipal de Castelo Branco, Leopoldo Rodrigues, es consciente de las ventajas que supondría la apertura de este eje vertebrador que acercaría ambas regiones, aunque en lo que a Portugal respecta, asegura que el Gobierno guarda silencio. Lo poco que ha trascendido es que una parte del trazado en el país vecino presenta problemas medioambientales que, por otra parte, tampoco serían un gran obstáculo para el inicio de las obras.

Los promotores de esta alianza mantendrán un nuevo encuentro tras el verano, en esta ocasión en el país vecino, para continuar con sus medidas de presión. Por el momento han reclamado a la presidenta de la Junta de Extremadura que se entreviste con el presidente de Portugal para que la autovía forme parte de la agenda de la próxima cumbre hispano-lusa, y que el Ejecutivo extremeño asigne una partida presupuestaria de 50 millones de euros en los próximos presupuestos generales de la comunidad autónoma para que puedan comenzar las obras.

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