Muere Conrado Abad, el eterno maletilla que se ganó al público con sencillez y humildad

Conrado Abad, en una imagen de archivo, cuando frecuentaba las plazas de toros.
Muere Conrado Abad, el eterno maletilla que se ganó al público con sencillez y humildad

A Conrado Abad le ha llegado la hora de su muerte, ahora sí. Y es que hace cuatro años, en septiembre de 2020, cuando el coronavirus hacía estragos, varios medios de comunicación y numerosos comentarios en las redes sociales contribuyeron a difundir la falsa noticia de que había fallecido.

Conrado Abad, conocido popularmente como "el eterno maletilla" y un asiduo de las fiestas de San Juan de Coria, ha fallecido este sábado a los 98 años de edad después de ser ingresado de urgencia en el Hospital Universitario de Salamanca a causa de una infección respiratoria.

El maletilla, que acababa de cumplir años el pasado 28 de octubre, ingresó en estado muy grave y no ha podido superar la dolencia que finalmente le ha ocasionado la muerte.

El eterno maletilla ha sido un bohemio desde su adolescencia. Abandonó su pueblo con 16 años para viajar a Sevilla en busca de una oportunidad, durmió en un vagón de la estación de ferrocarril y sintió el rechazado de los grandes ganaderos. 

El matador de toros Victoriano Posada, ya fallecido, le aconsejó que se fuera a Robliza de Cojos (Salamanca), que es donde realmente comenzó su vida de maletilla, pues nunca tuvo una oportunidad para pisar un ruedo.

Conrado Abad ha sido protagonista de un documental de Canal + Toros y ha recibido numerosos homenajes, como los que le tributaron el mundo del toro en enero de 2011 o el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo en julio de 2016. Desde febrero de 2017, un burladero de la Plaza de Toros de Ciudad Rodrigo lleva su nombre.

El maletilla era muy conocido en los ambientes taurinos, donde se ganó el cariño y el respeto de los aficionados que acuden a las fiestas de San Juan. Sus faenas con la muleta siempre eran recibidas con aplausos por parte del público gracias a su gran carisma y su humildad.

A Conrado Abad le ha llegado la hora de su muerte, ahora sí. Y es que hace cuatro años, en septiembre de 2020, cuando el coronavirus hacía estragos, varios medios de comunicación y numerosos comentarios en las redes sociales contribuyeron a difundir la falsa noticia de que había fallecido.

La falsa noticia sobre su fallecimiento se difundió con rapidez y posteriormente fue desmentida. El Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo confirmó entonces a Radio Interior que el maletilla estaba vivo y que en abril de ese mismo año, en pleno confinamiento, el equipo de gobierno le propuso aislarse en el pabellón municipal de Foxá para protegerse del coronavirus, pues hasta entonces se refugiaba en una furgoneta que se encontraba estacionada junto a la Avenida de Portugal. Posteriormente, un hostelero le ofreció alojamiento gratuito en Ciudad Rodrigo, donde siempre ha gozado de gran popularidad.

En agosto de 2008, Conrado Abad, que entonces tenía 82 años, sufrió la fuerte cornada de un toro durante las capeas de Torrejoncillo y permaneció ingresado en el Hospital Ciudad de Coria durante un mes. Residente en Ciudad Rodrigo pero natural de Molezuelas de Carballeda (Zamora), el toro que le embistió le fracturó cinco costillas y le provocó numerosas contusiones. Ese mismo año le volteó otro toro durante las capeas nocturnas celebradas en el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo y sufrió varias heridas.

El mundo del toro pierde a una de sus figuras más notables a pie de ruedo, Conrado Abad, un romántico, un bohemio y un soñador que nunca tuvo la oportunidad de convertirse en figura, pero que se hizo popular por su gran carisma, sencillez y humildad con una muleta en la mano.

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