Adiós a "Cotorrito" el becerro que acogió en el salón de su casa el ganadero José Luis Bertol

"Cotorrín" en el salón de la casa del ganadero.
Adiós a "Cotorrito" el becerro que acogió en el salón de su casa el ganadero José Luis Bertol

Su padre era "Cotorro", un semental de El Ventorrillo que tiene 11 años al que el ganadero le perdonó la vida y  jamás será lidiado en ningún festejo popular. Fue tentado por Alejandro Fermín, un torero extremeño de Cabezuela del Valle, que supo sacar de él lo mejor.

Sólo tenía 13 días, pero no ha podido salir adelante. "Cotorrito", cotorrín para muchos, ha muerto después de cuatro días de cuidados,de noches en vela y medicación en el salón de la casa del ganadero José Luis Bertol, en el término de Calzadilla.

Su historia, es un relato de amor, con final triste pero con moraleja para demostrar cómo puede llegar a ser el amor que se siente por los animales.  "Yo no pude hacer más por él, 4 días y cuatro noches en vela y un veterinario medicinando...Ha sido una experiencia de ilusion,amor y cariño, vivirá siempre en mi, será un recuerdo que abriga el alma", manifestó el ganadero José Luis Bertol, después de que se confirmara la muerte del animal.

Cotorrin
El becerro en el salón del ganadero.

Su padre era "Cotorro", un semental de El Ventorrillo que tiene 11 años al que el ganadero le perdonó la vida y  jamás será lidiado en ningún festejo popular. Fue tentado por Alejandro Fermín, un torero extremeño de Cabezuela del Valle, que supo sacar de él lo mejor.

"Cotorrito" no ha podido seguir con la saga. Nació el 6 de diciembre, un becerro precioso, hijo de una utrera primeriza que no dio leche para alimentarlo. "Al verlo casi desnutrido, decidí traerlo casa y darle medio litro de leche. Todo empezó así", explicó el ganadero en una entrevista en Radio Interior.

Varias noches en vela, medicación, leche artificial...A pesar de los esfuerzos no ha sido posible y el pequeño no ha podido superar el primer embite que le ha puesto la vida. Cientos de personas han seguido la historia de este becerro en los últimos días, mostrando que la condición humana aún sigue teniendo sentimientos.

 

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