Aurora, 93 años, desde su residencia: "La soledad es muy triste cuando eres mayor"

Personas mayores en una residencia.
Aurora, 93 años, desde su residencia: "La soledad es muy triste cuando eres mayor"

Aurora, Ángel Luis, Antonia, Catalina o Conchita son algunas de las personas mayores que han aceptado la invitación de la Asociación de Residencias de Extremadura (Asorex) y desde los centros en los que viven han escrito su particular carta navideña dirigida, no a los Reyes Magos ni a Papá Noel, sino a la sociedad.

Varios usuarios de residencias de mayores de Extremadura han qurerido tomar la palabra esta Navidad, y lo han hecho escribiendo cartas cargadas de mensajes con los que pretenden concienciar a la sociedad sobre el valor que aportan y la importancia de no olvidarles.

Aurora, Ángel Luis, Antonia, Catalina o Conchita son algunas de las personas mayores que han aceptado la invitación de la Asociación de Residencias de Extremadura (Asorex) y desde los centros en los que viven han escrito su particular carta navideña dirigida, no a los Reyes Magos ni a Papá Noel, sino a la sociedad.

Son cartas que transmiten calidez, sinceridad, emoción y recuerdos entrañables de sus  últimas Navidades. Hablan de cómo se sienten en la actualidad, echan la vista atrás por los que ya no están e invitan a reflexionar sobre el valor que aportan y la importancia de no olvidarlas, especialmente en estas fechas tan señaladas. No solo reflejan el espíritu navideño, sino que también dan voz a quienes, en muchos casos, sienten que su papel en la sociedad se ha diluido con el tiempo. 

Es el caso de Aurora Serrano, de 93 años de edad, quien aprovecha sus líneas para desear que “ningún mayor esté solo” porque, como explica, “la soledad es muy triste y más cuando eres mayor y te faltan muchos seres queridos”.

La soledad es peor que la obesidad en lo que respecta a muertes prematuras en personas mayores y tiene graves consecuencias en su salud. Las situaciones de soledad en personas mayores pueden desembocar en el aislamiento social y provocar tristeza o miedo y contribuir al desarrollo de depresiones u otras enfermedades neurodegenerativas.

QUE SE LES ESCUCHE

En el mismo sentido Aurora Rubio, de 88 años, plasma en su carta un deseo tan sencillo como esencial, ser escuchada: “Me gustaría que se nos escuche más a las personas mayores y se tenga más en cuenta nuestras decisiones”. 

Es un sentimiento que comparte con Antonia Gala, que agradece el papel que desempeñan las residencias en estas fechas: “Nuestro centro se convierte en un hogar más donde celebrar la Navidad en compañía y sin la tristeza de pasar estos días solo”. Y contra la soledad, una sonrisa. Conchita Asensio, a sus 90 años, desea que “todos pasen estas fechas con una sonrisa en los labios”. 

Desde su residencia, donde lleva “muy a gusto” viviendo seis años, Cecilia pone el foco en la calidad de los cuidados: “Es fundamental que las personas mayores estemos bien atendidas y para eso se necesita personal cualificado”. Y, Luis Ángel López Herrero, de 72 años y exfuncionario de Correos, utiliza su carta para pedir que “suban las pensiones”. 

Tras leer todas las cartas enviadas, el presidente de Asorex, Juan Carlos Campón, ha agradecido a los residentes que hayan abierto sus corazones a la sociedad, y ha destacado el poder de estos mensajes para unir generaciones y sensibilizar a la gente sobre la importancia de las personas mayores. 

“Estas cartas no solo nos hablan de los deseos y preocupaciones de nuestros mayores, sino que nos invitan a acercarnos, a acompañarles y a reconocer todo lo que nos aportan”, ha dicho el presidente de este colectivo, que representa la atención de 3.000 personas a cargo de más de 1.500 profesionales y con 28 residencias solo en el ámbito rural.

A través de las redes sociales, Asorex difundirá estas cartas, con el objetivo de recordar que la Navidad es tiempo de compartir y conectar. Es una forma de animar a las familias y a la sociedad en general a dedicar tiempo a las personas mayores, vivan en residencias o en sus propios hogares.

Carta de Andrea, de 93 au00f1os de edad.
Carta de Andrea, de 93 años de edad.

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