El lince ibérico, un aliado de los cazadores extremeños
En los últimos años, el lince ibérico está mostrando una clara recuperación; de contar apenas con 200 ejemplares a finales de la década de los 1990, ha pasado a superar los 2000 en la actualidad.
El lince ibérico es un aliado de los cazadores, según un estudio realizado en Portugal en el que ha participado Fundación Artemisan, que demuestra que los cotos de caza que albergan poblaciones de lince ibérico mantienen elevadas densidades de perdices y conejos, sin que su presencia afecte a sus prácticas de gestión.
En los últimos años, el lince ibérico está mostrando una clara recuperación; de contar apenas con 200 ejemplares a finales de la década de los 1990, ha pasado a superar los 2000 en la actualidad, estando el lince presente como especie reproductora en Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura, Región de Murcia y también en Portugal.
Es conocido que la mayoría de poblaciones de linces se encuentran en cotos de caza por la abundancia de conejo de monte, su principal fuente de alimento. Y también es conocido que los linces ejercen un control sobre otros predadores como el zorro, el meloncillo y los mustélidos, que depredan sobre muchas especies de fauna.
Por ello, un estudio publicado en la revista Journal of Nature Conservation ha analizado qué implica la presencia de linces en cotos de caza enfocados al aprovechamiento en la caza menor silvestre. Para ello, se evaluó la abundancia de perdiz roja y conejo de monte en cotos de caza en Mértola (Portugal), donde el lince fue reintroducido en 2015. Se comparó la abundancia de estas especies y de mamíferos carnívoros en cuatro cotos: dos en los que existían linces reproductores y dos en los que no se conocía de su existencia.
Los resultados mostraron que los cotos con linces tenían abundancias de perdiz cinco veces superiores que los cotos sin linces, y los conejos eran muy abundantes en los cotos con lince, mientras que la presencia de conejos en los cotos que no contaban con el gran felino era prácticamente anecdótica. Además, la presencia del lince en los cotos hacía que se detectaran muy pocos zorros, mustélidos (salvo tejones), gatos domésticos y meloncillos, registrándose lo contrario en los cotos sin lince.
Los gestores y propietarios de los cotos afirmaron que los linces no causaban ningún problema para la gestión de las especies cinegéticas; todo lo contrario, consideran que son auténticos aliados al estar las fincas con linces enfocadas a la caza menor silvestre, siendo considerados como “guardas de caza”.
Además, la existencia de linces no había cambiado las prácticas más importantes de gestión, continuándose con el aporte de agua y comida, la realización de siembras y el control de predadores con escopeta, aunque según los propios guardas entrevistados durante el estudio, "cuando hay lince, se nota que hace su trabajo”, por los hallazgos de zorros y meloncillos depredados por el lince.
En palabras de José Antonio Torres, investigador de Fundación Artemisan, “este estudio es una prueba más de que el lince no es un problema para los cazadores, sino que es un auténtico aliado que está ayudando a la recuperación de especies de caza menor, como la perdiz roja y conejo”.
Además, ha añadido, “el caso de la población reintroducida en Portugal, muy parecido al que está sucediendo en muchas partes de España, ha hecho que muchos cotos que casi habían tirado la toalla con la caza menor, vuelvan a disfrutar de especies como la perdiz y el conejo, siendo posible realizar un aprovechamiento sostenible”.