El autodenominado festival más pequeño del mundo ha vuelto a demostrar que lo pequeño puede ser enorme. Este fin de semana, el Festivalino de Pescueza ha acogido a más de 12.000 personas en solo tres días, desbordando entusiasmo, cultura y vida rural en cada rincón de este pequeño pueblo cacereño.

Agustina Fernández, alcaldesa de Pescueza, ha calificado esta edición como “un festivalazo” y asegura que “ha superado con creces al del año pasado”. La respuesta del público ha sido “espectacular” y, según la regidora, “todos los días ha estado el pueblo completamente lleno de gente”, creando un ambiente único que ya es marca de la casa.

“Todos los comentarios que nos llegan son buenos. El público que pasa por aquí da gusto y los grupos de música se van encantados. Han alucinado de cómo en un pueblo tan pequeño podemos montar algo tan grande”, explica la primera edil de Pescueza orgullosa.

El Festivalino no solo es un evento musical, sino un referente en dinamización rural. A lo largo del fin de semana se han ofrecido actividades para todos los públicos, desde conciertos y teatro hasta acciones medioambientales y educativas.

“Los talleres siempre tienen una gran afluencia de público. La gente viene no solo por la música, sino también por todo lo que el Festivalino les ofrece", afirma Agustina Fernández.

La alcaldesa también ha querido destacar el papel imprescindible del pueblo: “Sin los vecinos de Pescueza no saldría adelante. Son ellos los que lo hacen posible, los que lo viven y los que nos ayudan en todo cada año con ilusión y trabajo”.

Y más allá del propio municipio, el impacto es comarcal: “Este festival es un incentivo para toda la zona, no solo para Pescueza. Dinamiza la economía, pone en valor el medio rural y demuestra que en los pueblos también se pueden hacer grandes cosas”, concluye.