Los enfermeros solicitan a las administraciones la implantación de al menos un sanitario por centro educativo
La Plataforma Estatal de Enfermera Escolar denuncia que, salvo algunas excepciones, los responsables sanitarios y educativos siguen sin dar una respuesta satisfactoria a la demanda generalizada del conjunto de la comunidad educativa de contar con, al menos, un profesional de la enfermería en cada colegio o instituto.
Estos días vuelven a las aulas más de 8,2 millones de niños y jóvenes y la inmensa mayoría no se beneficiará de la labor asistencial y de cuidados de los profesionales de la enfermería. Consecuentemente, tampoco lo harán de actividades formativas e informativas para la promoción de hábitos de vida saludables y de prevención de problemas de salud.
Como informa en nota de prensa, la plataforma manifiesta la falta de interés y sensibilidad de los consejeros de Sanidad y Educación al no haber propiciado la implantación generalizada de una enfermera o enfermero escolar.
Para la Plataforma Estatal de Enfermera Escolar, un claro ejemplo de la repercusión negativa de la ausencia de enfermeros en los centros es el escaso porcentaje de vacunación contra la Covid-19 entre la población de 5 a 11 años, del 46%. La asociación considera que hubiera aumentado el porcentaje de inmunización por la sensibilización e información otorgada por los sanitarios entre los progenitores.
A pesar de que desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos e instituciones se ha evidenciado que la enfermería escolar constituye una figura fundamental para garantizar que los centros educativos sean más saludables y seguros, las consejerías de Sanidad y Educación se limitan, en términos generales, a incorporar a algún profesional de manera puntual en determinados centros en los que hay niños con necesidades especiales, comunican desde la plataforma. “Escuchamos solo buenas palabras desde las administraciones públicas pero, a la hora de la verdad, siguen demostrando que no tienen interés alguno en apostar de manera firme y decidida por una figura que beneficia al alumnado, sus familias y al conjunto de la comunidad educativa, por lo que seguimos saliendo muy mal parados cuando nos comparamos con numerosos países europeos y anglosajones donde la figura de la enfermera escolar está plenamente consolidada”.