Más de 600 firmas reclaman una calle para dos maestros que ejercieron durante más de 40 años en Tornavacas

los maestros jubilados
Más de 600 firmas reclaman una calle para dos maestros que ejercieron durante más de 40 años en Tornavacas

Tomás Calvo Buezas, sociólogo, antropólogo y profesor universitario, condecorado con la medalla de Extremadura en 2013, junto con la Asociación por la Convivencia de Tornavacas han reunido más de 600 firmas para que el ayuntamiento de la localidad reconozca con el nombre de una calle la labor de sus padres, Tomás Calvo y Dolores Buezas, como maestros durante más de 40 años.

Procedentes de Plasencia y Jerte respectivamente, llegaron a Tornavacas en el año 1929 donde se conocieron, casaron, tuvieron hijos y, finalmente, se jubilaron. Allí dos generaciones, en algunos casos tres, han sido alumnos de ambos hasta el año 1971. A pesar de las dificultades de aquellos años de la segunda república y la dictadura, en los que el hambre y la austeridad imperaban, contribuyeron a que el municipio fuese el segundo pueblo con menor número de analfabetos adultos de la provincia de Cáceres, según estudio realizado en los años 80.

La Asociación por la Convivencia entregó al consistorio tornavaqueño, el pasado 26 de septiembre, un amplio informe de más de 400 páginas con las razones para dicho reconocimiento, acompañadas de las 602 firmas recogidas, de las cuales 242 proceden de la propia Tornavacas. Además se han recibido cartas de apoyo de todas las autonomías, un total de 232, así como 128 del extranjero. Estas últimas proceden de numerosos países: México, Estados Unidos, Colombia, Venezuela, Cuba, Guatemala, Puerto Rico, Perú, Argentina, Ecuador, Nicaragua, Costa Rica, Honduras, Panamá, Francia, Noruega, Italia, Israel, Marruecos, Jordania, Filipinas y Emiratos Árabes.

Además, se han reunido testimonios de gratitud de alumnos y también han recibido apoyos de parte de partidos políticos, instituciones de inmigrantes y refugiados, instituciones cívicas y culturales, personalidades académicas, religiosas y profesionales.

Calvo Buezas recalca que la intención no es solo homenajear a sus padres sino a todos los maestros rurales que no solo instruían a sus alumnos, sino que promovían buenas prácticas y valores fundamentales para los niños, los pueblos y ciudades y su desarrollo profesional y vital.

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