Las mujeres marroquíes tienen más obstáculos para acceder a la salud en igualdad de condiciones en Campo Arañuelo

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Las mujeres marroquíes tienen más obstáculos para acceder a la salud en igualdad de condiciones en Campo Arañuelo

Impulsado por la Diputación de Cáceres, la ONG Médicos del Mundo en Extremadura ha llevado a cabo un estudio de campo, y posterior diagnóstico, para conocer las dificultades que encuentra la población migrante, fundamentalmente marroquí, en Campo Arañuelo, para acceder al sistema de salud.

“El objetivo de este trabajo es contribuir a eliminar las barreras que encuentran estas personas migrantes en la provincia de Cáceres”, ha manifestado la diputada de Políticas Sociales, Igualdad y Participación y Atención a la Ciudadanía, Amelia Molero, que ha presentado los resultados de dicho trabajo junto a Patricia Jara, coordinadora de Médicos del Mundo Extremadura, y Santiago Enrique López Sena, secretario de la Junta Autonómica de Médicos del Mundo.

Molero ha incidido en que para “poner soluciones hay que conocer la situación real, y es urgente contribuir al ejercicio del derecho a la salud por parte de todas las personas, sean migrantes o no”.

Tras numerosas reuniones, entrevistas individuales y grupales y grupos de discusión con distintos agentes y sectores implicados, desde instituciones políticas hasta asociaciones migrantes y personas migrantes, pasando por sindicatos, servicios sociales, empresas o centros de salud, se han detectado, tal como ha explicado Patricia Jara, obstáculos para acceder a la salud en igualdad de condiciones, afectando de manera especial a mujeres marroquíes, trabajadoras en el campo, de edad avanzada y sin formación.

El diagnóstico ha sido elaborado a partir de un trabajo de campo realizado de mayo a noviembre de 2022, por Guillermo Yunquera y Sylvia Martín Sánchez, con el apoyo en la traducción e interpretación de la voluntaria de Médicos del Mundo Salma Afkir, además de la colaboración de Pablo Iglesias Rionda, técnico de Incidencia Política de Médicos del Mundo España.

Entre las barreras que se han detectado están las administrativas, tanto para obtener el certificado de no exportación, que se exige para obtener la tarjeta sanitaria, como para llevar a cabo el empadronamiento; barreras lingüísticas y de comunicación, ya que la mayor parte de la población migrante en Campo Arañuelo es originaria de la zona rural de Oujda, en Marruecos, con altos niveles de analfabetismo y grandes dificultades de aprendizaje; barreras culturales y religiosas, ya que la cultura, la tradición y la religión son determinantes de los estilos de vida, de conceptos de salud y enfermedad o de roles de género, y barreras físicas, entre otras, teniendo en cuenta que son personas, generalmente, sin vehículo o carnet de conducir para poder desplazarse a determinados lugares y en determinados horarios.

Otros aspectos que se destacan en el estudio es, por ejemplo, lo que supone el trabajo agrícola, que es generalmente al que se dedican estos migrantes, a nivel físico y psicológico, como lesiones de espalda, hernias, articulaciones, cáncer, depresión, ansiedad.

Respecto a la salud mental, se detectan casos de estrés o depresión debido, entre otras cosas, a la inestabilidad económica, al desconocimiento del idioma, a la soledad, a la carga de trabajo y a la necesidad de continuar a pesar de las condiciones.

La vivienda es otro aspecto abordado, detectando que mayoritariamente, las personas migrantes ocupan las zonas más deterioradas y envejecidas, casas mal aisladas con lo que se elevan los consumos energéticos.

A partir de este diagnóstico, que la diputada ha calificado de “muy riguroso, documentado y participativo”, se quiere buscar y aplicar soluciones. “Por eso -ha apuntado Amelia Molero-, una de las cosas más importantes del trabajo es que las conclusiones no van a quedar en manos de Médicos del Mundo ni de la Diputación, sino que se va a enviar a las distintas instituciones de la zona, a las administraciones, a asociaciones, empresas y a todas aquellas personas que quieran contribuir a una sociedad más justa”.

Entre las medidas que se indican que habría que abordar, además del estudio y mejora de la movilidad, la flexibilización de los trámites administrativos, estudiar la jornada y las condiciones laborales, abordar un plan de vivienda para cubrir estas realidades o adaptar la enseñanza del idioma a las necesidades de estos colectivos, tanto la diputada como los representantes de Médicos del Mundo han destacado la importancia de la figura del mediador o mediadora sociocultural, una persona preparada, ha explicado Patricia Jara, que no solo conozca el idioma, sino la cultura, las tradiciones o la religión para poder acompañar, entender y facilitar el día a día de estas personas.

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