El Muro de los Deseos “es una acción global de participación ciudadana para dar visibilidad a los deseos de los ciudadanos para su ciudad de las próximas décadas, y haciendo partícipes también a todos aquellos que la visitan” tal y como ha explicado el delegado de turismo, Felipe González, en la presentación de esta obra de arte participativa junto al artesano ceramista, Juan Manuel Pérez Vinagre.

Una obra compuesta por 500 deseos grabados sobre otras tantas piezas cerámicas, “situada a la vista de todos y recordándonos la importancia de construir juntos la ciudad que queremos”.

La elección del corazón como símbolo “resalta intencionadamente ese compromiso con la ciudad, y propone materializar tales sentimientos en un elemento tangible que acompañe en la vuelta a todos aquellos que eligen Mérida como destino”. Es, por tanto, un elemento “llamado a convertirse de manera natural en el regalo corporativo del proyecto y en una invitación a seguir soñando esta ciudad”.

El corazón es una pieza producida de manera artesana por la empresa emeritense Terracota Mérida, “una firma con más de 30 años dedicados a aunar tradición y vanguardia alrededor de la cerámica, que es además taller especial de empleo” indica el delegado municipal.

Cada corazón está fabricado en gres de alta temperatura y acabado con esmalte (con unas dimensiones de 140 x 130 x 75 mm. aproximadamente); su disposición en el mural supone unas 9 piezas por metro cuadrado.

“Es un proyecto ilusionante que permite la participación de vecinos, artistas y abierto quien quiera participar; cada persona depositará un deseo que se colgará en cada corazón del muro” explica Juan Manuel Pérez Vinagre que añade que “es una forma de dejar huella en la ciudad y servirá para potenciar la imagen de Mérida como signo distintivo”.

El momento de la instalación será también “un hito de participación ciudadana y convivencia, así como de demostración de compromiso con el futuro de la ciudad es uno de los objetivos” concluye el responsable de Terracota Mérida.

La propuesta actual de emplazamiento es en el interior del Museo Abierto de Mérida (MAM), una vez completada su actualización ocupando los dos muros menores del patio interior del edificio, se plantea como la instalación principal de un espacio que aspira a convertirse en el principal receptor de turistas que visiten la ciudad.

La instalación, financiada por el Ayuntamiento con Fondos EDUSI, estará compuesta por 500 corazones, distribuidos en los dos muros menores del patio interior en base a una retícula regular de 30×30 cm. Cada pieza cerámica contiene uno de los 500 deseos que, ciudadanos, colectivos, asociaciones, instituciones y personajes relevantes de la ciudad han querido hacer públicos.

En la imagen, el delegado de Turismo, Felipe González junto al artesano Juan Manuel Pérez Vinagre.