Las altas temperaturas y los cambios en los hábitos de vida propios del verano incrementan el riesgo de sufrir ciertas enfermedades. Según los expertos, las intoxicaciones alimentarias, las otitis, las infecciones fúngicas y las afecciones respiratorias como la faringitis y la bronquitis encabezan la lista de dolencias más comunes durante esta época del año.

El calor favorece la proliferación de bacterias en los alimentos y la humedad aumenta el riesgo de infecciones en oídos y piel. Además, los cambios bruscos de temperatura pueden irritar las vías respiratorias y provocar afecciones como la faringitis.

Para prevenir estos problemas, los especialistas recomiendan mantener una adecuada higiene alimentaria, secar bien los oídos después de nadar, evitar caminar descalzo en lugares públicos húmedos y protegerse del calor excesivo.

Es importante destacar que ciertos grupos de población, como niños pequeños, personas mayores y aquellos con condiciones médicas preexistentes, son más vulnerables a estas afecciones.