El cáncer de pulmón es la tercera causa global de muerte en España
El cáncer de pulmón, en cifras, es globalmente, la neoplasia maligna más frecuente en hombres y la segunda más frecuente en mujeres.
La Sociedad Española de Cirugía Torácica (SECT) alerta de la realidad de la atención diagnóstica y quirúrgica del cáncer de pulmón en España, donde actualmente se están produciendo retrasos diagnósticos y hasta el momento de la cirugía, lo que implica que deban revisarse los estándares de calidad.
Esta situación conduce a la progresión del tumor, al empeoramiento del pronóstico y al aumento de la mortalidad de los pacientes. En este contexto, la SECT propone como medidas a adoptar: circuitos oncológicos rápidos y realistas, valoración por parte de un comité multidisciplinar, instauración de programas de diagnóstico precoz en población de riesgo, adecuación de los recursos quirúrgicos en los servicios de cirugía torácica de referencia así como asegurar la calidad quirúrgica mediante la acreditación de los servicios de cirugía torácica.
El cáncer de pulmón, en cifras, es globalmente, la neoplasia maligna más frecuente en hombres y la segunda más frecuente en mujeres, siendo la más prevalente si consideramos ambos sexos. Además, es el tumor maligno con mayor incidencia y mortalidad, lo que supone más de un 18% de todas las muertes por cáncer.
En España, el cáncer de pulmón es ya en la tercera causa global de muerte, tras las enfermedades isquémicas del corazón y las cerebrovasculares, con un incremento notable en las muertes anuales debidas a esta neoplasia, según datos de junio de 2024 del Instituto Nacional de Estadística (INE). El 85% de los cánceres de pulmón son de célula no pequeña y para su diagnóstico se debe incluir la anamnesis o entrevista con el paciente, exploración física completa, pruebas de imagen, test de laboratorio y técnicas de diagnóstico anatomopatológico a partir de las biopsias obtenidas. La clasificación más empleada para definir la extensión anatómica del cáncer de pulmón es el TNM que tiene en cuenta el tamaño tumoral, la afectación ganglionar y la existencia de metástasis a distancia.
La extensión patológica del tumor constituye el principal factor pronóstico en la actualidad e impactará en el tratamiento y pronóstico de la enfermedad. La supervivencia global de los estadios iniciales localizados oscila entre el 70-90% a los 5 años, en contraposición a la de los estadios avanzados que se sitúa por debajo del 10%. “En este contexto, el retraso en las pruebas diagnósticas y la limitada disponibilidad de recursos, especialmente en lo relativo al tratamiento quirúrgico de los estadios iniciales, puede causar un aumento significativo del número de muertes por este cáncer debido a la progresión de la enfermedad, hecho ampliamente demostrado en la literatura científica”, explica el doctor Sergio Bolufer, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Torácica.
Además, los costes derivados de la atención sanitaria, fundamentalmente del tratamiento, en los estadios tumorales avanzados son significativamente más altos que en los estadios iniciales, debido, entre otras circunstancias, a la cronicidad de la enfermedad y al empleo de terapias más innovadoras (inmunoterapia y terapias dirigidas). Por otro lado, el impacto psicosocial en los pacientes con enfermedad más avanzada es mayor, ya que aumenta su incertidumbre, ansiedad, miedo, desesperanza y su desadaptación al proceso terapéutico.
La principal intervención con potencial curativo en cáncer de pulmón sigue siendo la extirpación quirúrgica completa, especialmente en etapas tempranas de la enfermedad. Es por ello que un diagnóstico y un tratamiento quirúrgico sin demoras pueden impactar significativamente en la supervivencia.
Con relación al tratamiento, se ha observado que cuanto más se retrasa la cirugía pulmonar mayor es la progresión patológica, la mortalidad a los 30 días y menor es su supervivencia a largo plazo. Las distintas guías clínicas recomiendan que no exceda de 30 días, plazo de difícil cumplimiento en algunos hospitales de nuestra geografía, o de 2 semanas, según la “Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud” publicada por el Ministerio de Sanidad en el año 2021.
Otro pilar relevante, además del tiempo hasta la resección quirúrgica, es la calidad de la misma. “Los servicios de cirugía torácica que llevan a cabo estas intervenciones, la mayoría consideradas de alta o muy alta complejidad, deberían cumplir unos estándares mínimos de calidad, sobre todo relacionados con el número de intervenciones y las infraestructuras necesarias. Existen múltiples estudios que sugieren que la centralización de la actividad quirúrgica en hospitales de alto volumen mejora significativamente los resultados clínicos y oncológicos, es decir, que priorizar la atención de los pacientes en estos centros es esencial para asegurar unos resultados óptimos”, informa el Bolufer.