Hallada una nueva mano en la Cueva de Maltravieso de Cáceres

Mano Maltravieso
Hallada una nueva mano en la Cueva de Maltravieso de Cáceres

El equipo de la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura ha localizado una nueva mano en negativo que amplía el registro de este tipo de figuras en la Cueva de Maltravieso a un total de 61, incrementando de este modo el valor del yacimiento como uno de los enclaves fundamentales para el estudio del arte rupestre paleolítico en Europa.

La Cueva de Maltravieso atesora un importante conjunto iconográfico que reúne símbolos (puntos, triángulos, discos, trazos), figuras de animales y, sobre todo, representaciones de manos. El origen de estas pinturas se remonta hasta el paleolítico medio (más de 60.000 años) y su hallazgo ha sido clave para reconocer y valorar las capacidades simbólicas de los Neandertales.

A comienzos del mes de febrero, durante una visita de control a la cavidad, fue detectada la representación parcial de una pequeña mano en negativo colocada en posición horizontal y con los dedos orientados hacia la izquierda en relación a la posición del espectador.

Se reconocen únicamente los tres dedos centrales desde la zona de contacto con la palma, cuya escasa longitud invita a considerar la posibilidad de que pertenezca a un individuo infantil. El resto de la mano, especialmente la zona de la palma, ha quedado completamente cubierta por recrecidos de calcita que se han depositado sobre la figura original.

El hallazgo se ha producido en una de las zonas más profundas de la cavidad, la conocida como Galería de la Serpiente, en el interior de un pequeño divertículo de difícil accesibilidad, lo que ha provocado que esta representación haya permanecido inédita hasta el momento.

Su presencia en esta zona de la cueva es especialmente significativa, ya que alberga las representaciones de manos más antiguas de Maltravieso. El equipo de arqueólogos de la Junta de Extremadura realizará un análisis para datar las costras de calcita que tapan esta nueva figura, bajo la premisa de que existe una relación entre ellas que excede la mera proximidad.

En este sentido, se trata de una figura que comparte una concepción similar con el resto de las huellas neandertales de esta parte de la gruta, que no son manos con un carácter público, hechas para ser vistas de manera fácil y directa por las personas que transitaran en algún momento por este corredor, sino que se trata de figuras que tienen un carácter privado.

Esto llevó a su autor a elegir un pequeño espacio, ajeno a la zona de tránsito principal, para dejar el negativo de una mano ejecutando una suerte de ritual estrictamente íntimo, similar al que ya se percibía en las otras manos de cronología neandertal de la Galería de la Serpiente, donde se articularon dos únicos protagonistas: la propia pared de la cueva y la persona que dejó su huella sobre la misma.

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